Medios públicos tras escurridiza independencia en América Latina
Nuevas experiencias de medios de comunicación estatales en América Latina parecen marcar una tendencia a dejar atrás el histórico lastre de ser órganos de propaganda de los gobiernos de turno, coincidieron expertos reunidos en la capital salvadoreña.
«En América Latina, las iniciativas de medios públicos independientes son incipientes, pero ya hay una línea interesante a seguir», explicó a IPS uno de los panelistas del encuentro, Martín Becerra, especialista en la materia de la argentina Universidad Nacional de Quilmes.
El centro del debate del Tercer Foro Latinoamericano – Medios Públicos: Institucionalización y Democracia, celebrado el jueves 29 en San Salvador, estuvo enfocado en analizar cómo estos órganos periodísticos de la región, tras décadas de servir para la propaganda gubernamental, pueden sacudirse este control y establecer una línea editorial propia.
Becerra destacó experiencias como las de Paraguay, donde en 2011 surgió un canal estatal más abierto y plural, así como las de Brasil y Chile, cuyos órganos de difusión públicos han dejado de ser controlados por la Presidencia y han pasado a depender de los respectivos parlamentos, con participación de la oposición.
La importancia de los medios de comunicación estatales, dijeron los panelistas, es que las sociedades cuenten con información oportuna, que no esté supeditada a las necesidades comerciales que prima en los privados.
El reto está, añadieron, en que los públicos tampoco continúen siendo órganos de propaganda gubernamental.
«Los medios tienen una finalidad de servicio social, incluso los privados, pues en el fondo, éticamente se deben al ciudadano, y los del Estado deben tener una línea editorial que permita la pluralidad, el punto de vista del otro», indicó a IPS el director del peruano Instituto Prensa y Sociedad, Ricardo Uceda.
La búsqueda de un nuevo paradigma que rija a los órganos públicos «es una tendencia regional, no es aislada, que revaloriza el espacio público para ponerlo a disposición de la sociedad y su desarrollo», dijo gerente de Relaciones Externas para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, el uruguayo Sergio Jellinek.
El Banco Mundial está apoyando técnica y financieramente a naciones como Argentina, Paraguay, Perú, Brasil, Jamaica y El Salvador, entre otras, en la búsqueda de esa independencia del poder gubernamental que los medios públicos necesitan, añadió Jellinek, uno de los moderadores del foro.
Financiamiento, la clave
Periodistas y expertos de 15 países latinoamericanos, de América y de Europa participaron de este encuentro organizado por el gobierno salvadoreño, el Banco Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la agencia internacional de noticias IPS (Inter Press Service).
El izquierdista gobierno salvadoreño de Mauricio Funes, quien fue periodista, intenta desde julio de 2011 avanzar en un nuevo modelo de difusión pública a través de Canal 10 de televisión y Radio Nacional, como parte de esa tendencia regional que busca la independencia. Pero en la práctica aún no logra despegar.
La programación de esos dos medios del Estado salvadoreño sigue siendo predominantemente a favor del gobierno, con poco espacio a las opiniones disidentes.
Tampoco ha habido, desde su llegada al gobierno en 2009 de la mano del exguerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, esfuerzos que lleven a abrir más el espectro a las radios comunitarias, sostuvo Ricardo Iglesias, exasesor de la Asociación de Radios y Programas Participativos de El Salvador (Arpas).
«Hay que hacerle un recordatorio al gobierno de que se comprometió con la pluralidad en los medios», dijo Iglesias. «Las leyes en América Central no fomentan la democratización de la palabra», opinó.
El ministro de Comunicaciones e Información de Paraguay, Augusto Dos Santos, señaló que para lograr desligar la injerencia directa del gobierno en estos medios, los estados deben de crear marcos legales que permitan la pluralidad, la inclusión de opiniones de la oposición.
«Necesitamos que haya resguardos institucionales de esa pluralidad», añadió.
Por ejemplo, en aquellos países donde se ha avanzado más en ese sentido, como en Argentina, Paraguay y Brasil, la independencia de los medios públicos está dada por las legislaciones, que establecen consejos directivos elegidos por el parlamento, donde el gobierno participa minoritariamente y abre el espacio a otras instancias, como académicos, y otros.
En el caso brasileño, el gobierno solo participa con tres miembros de los 15 con que cuenta el Consejo, cuyo presidente y director general es nombrado por el Senado. En el caso argentino, el Ejecutivo participa solo con tres, de siete miembros, nombrados por el parlamento.
«Estamos en el camino correcto para hacer un medio público, y no un medio del gobierno», comentó Ottoni Fernández, de la Empresa Brasileña de Comunicaciones (EBC).
«Allí hay ejemplos de cómo la regulación establece límites para que el gobierno no opere propagandísticamente», dijo Becerra a IPS.
Parte importante en el desarrollo independiente de los medios estatales es el financiamiento, pues sin ello, difícilmente se logra el objetivo, dijeron los expertos en el foro.
«Si no hay financiamiento sostenible, no es posible la independencia», señaló a IPS el experto español Miguel Barroso.
Pero Borroso entiende como poco viable que en América Latina funcione la experiencia de algunos países europeos, donde por décadas funciona un modelo en que los ciudadanos pagan por la radio y la televisión como un servicio más, cual si fuera la energía eléctrica o el agua potable.
La experiencia europea enseña que los fondos captados a través de ese mecanismo van hacia la baja, advirtió. Por eso sostuvo que lo mejor es que haya una transferencia directa del presupuesto nacional de los estados, que son aprobados por los congresos legislativos. IPS
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