Presentan proyecto de despenalización de estupefacientes en Argentina
El senador oficialista argentino Aníbal Fernández presentó el jueves en la camára alta un proyecto de reforma que despenaliza la tenencia de estupefacientes para consumo personal.
«Buscamos priorizar los derechos humanos: primero atender la salud de quien consume y después atacar al narcotráfico», declaró Fernández en una conferencia de prensa.
El legislador, que fue jefe de Gabinete de la presidenta Cristina Kirchner, afirmó que la prohibición que contempla la legislación actual fracasó y que «solo consiguió atacar a los eslabones más débiles» de la cadena del tráfico y consumo.
«No es punible la adquisición y tenencia de estupefacientes cuando, por su escasa cantidad y demás circunstancias, surgiera que está destinada al consumo personal y no se ponga en peligro la salud de terceros», se señala en el texto del proyecto.
En cuanto a las penalidades que establece la norma, las personas que tengan en su poder estupefacientes que excedan un consumo personal recibirán castigos de entre uno a tres años de prisión.
Consumo personal
El proyecto determina que «tampoco es punible la tenencia y consumo de hojas de coca en su estado natural, destinada a la práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión», una práctica ancestral en el norte del país, con mayoría de población indígena.
Pero la iniciativa prevé penas de hasta 20 años para quien siembre, cultive o posea precursores químicos que apunten a la producción de estupefacientes destinada a la comercialización.
La reforma prohíbe hacer lo que denomina «apología de la droga» y establece que una pena de «uno a cuatro años cuando el delito se cometa por medios masivos de comunicación social».
Si bien la tenencia para el consumo personal está castigada según la legislación actual, la Corte Suprema de Justicia marcó un punto de inflexión en la materia en 2009 en un fallo en el que declaró inconstitucional el castigo penal a la tenencia de escasa cantidad en personas mayores de edad.
Argentina se ha transformado en un país de tráfico y consumo de drogas y el año pasado las fuerzas de seguridad decomisaron un récord anual de 6.306 kilos de cocaína y 92.615 kilos de marihuana, según cifras oficiales.
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