Paraguay: fiebre del oro enfrenta a pobladores con una empresa minera
Si bien los portavoces de la comunidad prefieren no recordar, la fiebre del oro ya ha tenido su secuela de crímenes.
El más sonado ocurrió a fines de mayo de 2011. Las víctimas: un joven de 23 años y su madre. Tres enmascarados en moto atacaron su humilde vivienda.
El padre, que salió a su encuentro, sufrió un escopetazo que le destruyó el ojo izquierdo antes de caer desvanecido. Los malvivientes lo creyeron muerto.
Emérito Acosta, el sobreviviente, admitió que buscaban 12.000 dólares, «producto de una venta».
La codicia muchas veces transforma, convierte en suicidas a algunos, como la tragedia que envolvió a la familia González.
Dos hermanos y el padre excavaban dentro de su vivienda a una profundidad considerable cuando descubrieron la veta.
El padre dijo a sus hijos que se detuvieran, por el peligro que significaba seguir cavando en esas condiciones. No le hicieron caso y la tierra se desmoronó. Murió uno de los jóvenes, Fidel, de 23 años.
«Yo hice el responso», precisó el padre Gustavo.
En sus homilías dominicales, el sacerdote trata pide a los parroquianos «saber aprovechar y compartir este regalo de Dios».
La explotación del oro produce un promedio de 15 kilos por mes, según el minero Lucio Fretes.
La asociación propuso al gobierno comprar toda la producción para prevenirse de la crisis económica global «y así evitar que nuestra riqueza vaya a parar toda al exterior». El proyecto está a consideración del congreso.
«El recurso es abundante. Aquí hay todavía mucha ignorancia en el tema», puntualiza a su turno Benítez. AFP
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