El nieto del ganador del oro olímpico en Maratón vende el premio
La pieza, una de las reliquias más apreciadas de la historia del deporte griego, fue rechazada por el gobierno: “No tenemos dinero”, fue la lacónica respuesta.
Más de un siglo después del triunfo los descendientes de Spiridon planean la venta que se cree podría llegar a los 190.000 euros según algunos cálculos de subastadoras.
“No fue una decisión fácil, yo y mis hijos hemos crecido con el trofeo, pero no puedo hacer otra cosa”, dijo Spiridon, que ostenta el mismo nombre de su glorioso abuelo.
La historia olìmpica
En el último día de los primeros juegos Olìmpicos de la era moderna, los griegos no habían ganado ninguna medalla dorada, prueba creían de que sus deportistas habían perdido la estirpe de los antecesores guerreros que conquistaron el mundo conocido.
Cuenta la historia que los anfitriones apenas podían con su decepción, que no traslucían por respeto al barón Pierre de Coubertain, el francés que había reinstalado la gesta olímpica. En determinado momento en la misma tribuna oficial del estadio, donde se esperaba la llegada de la última prueba –la maratón de 42 quilómetros- se convulsionó: llegaban noticias de que un griego encabezaba la prueba.
La maratón equivale a la proeza de Filípides que tras la victoria helena sobre los persas corrió esa distancia para llevar a Atenas la noticia. “Nenikékamen” (Hemos vencido) dijo, y murió.
Cuando por las puertas abiertas del estado de Atenas, entró Louis encabezando la maratón, el público estalló y vivó hasta que Spiridon cruzó la meta y entró en el medallero olímpico y en la eternidad de Grecia.
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