La hija del rey Juan Carlos, ¿quedará limpia del escándalo que salpica a Iñaki, su marido?
En el centro del culebrón mediático-judicial, este hombre alto y elegante, de 44 años, ex campeón olímpico de baloncesto y convertido en duque de Palma al casarse, 1997, con la infanta Cristina, la hija menor del rey Juan Carlos y la reina Sofia.
Imputado en una investigación sobre corrupción que implica al Instituto Noos, sociedad sin fines de lucro que presidió entre 2004 y 2006, Iñaki Urdangarin vestirá el sábado en Palma de Mallorca los hábitos de un simple ciudadano para responder a las preguntas del juez de instrucción, José Castro Aragón.
Nunca nadie en el entorno del rey Juan Carlos, monarca muy respetado por haber llevado a España hacia la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, se había visto salpicado por algún escándalo.
Iñaki Urdangarin, con varios de sus socios, es sospechoso de haber desviado dinero pagado al Instituto Noos por autoridades regionales para organizar acontecimientos deportivos.
La investigación es sobre «falsificación de documentos, desvío de fondos públicos y fraude», precisa la documentación del caso.
Las sumas que están en juego no se conocen. Pero según Eduardo Inda, de la redacción del diario El Mundo que investiga el caso, «17 millones de euros» podrían haberse volatilizado entre las actividades de Urdangarin y de su ex socio, Diego Torres, ya inculpado.
Ya estaría preso
«Hay tal cúmulo de pruebas que en condiciones normales yo creo que corre serio riesgo de ser condenado a penas de cárcel elevadas«, añadió el periodista.
Desde hace años se perfilaba el escándalo. En 2006, Iñaki Urdangarin fue aconsejado por el rey a abandonar la presidencia de Noos. Fue cuando aceptó un cargo en el gigante de las telecomunicaciones, Telefónica que lo llevará a Washington en 2009, donde reside actualmente con su familia.
En 2011 es cuando saltan a la luz los enredos judiciales del duque de Palma. El embarazoso yerno es descartado de las apariciones oficiales de la familia real. Incluso su estatua es separada del resto de la familia real en el Museo de Cera de Madrid.
Y, por primera vez en la historia de la democracia, la Casa real publica sus cuentas, una decisión interpretada como un gesto de transparencia en respuesta al caso Urdangarin.
El escándalo, sin precedentes, arroja sospechas envueltas en cierto malestar en torno a la imagen de la monarquía. «Es una situación preocupante que ha ido creándose un malestar, una sensación de inquietud social porque realmente afecta a la primera institucion de este pais, a la primera familia de este pais, a la corona», sostiene Pilar Urbno, especialista y biógrafa de la familia real.
También se le cayó la máscara a un hombre que tenía la imagen de yerno ideal, con medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de 1996 y 2000 y que se proclama inocente.
«Es el rostro de detrás de lo que por delante es inocencia», subrayó Pilar Urbano, que se refiere a declaraciones formuladas en 2008 por la reina Sofia para describir a su yerno: «Iñaki es bueno bueno, bueno, buenísimo; un hombre atento, cortés, bien educado, y por otra parte muy animado, muy alegre, dinámico», recuerda Urbano.
Y añade que «es la imagen que hemos tenido todos los españoles, la de un muchacho olímpico, alerta, limpio, diáfano, guapo, joven, muy enamorado de la infanta Cristina y muy buen padre de sus hijos».
¿La infanta quedará fuera del caso? Cristina, 46 años, mujer rubia y discrete, madre de cuatro hijos, asaltada por los periodistas hasta en un supermercado de Washington, ocupa también, hoy, las portadas de las revistas españolas.
Una asociación de extrema derecha, Manos Limpias, muy activa en el terreno judicial, pidió recientemente que sea llamada a declarar.
Y España se pregunta. , como destaca Pilar Urbano. «La infanta Cristina no sabía nada de esto, es posible, pero el aumento de su fortuna personal, todo eso no puede ser ignorado por una cónyuge que está muy unida a su marido…», concluyó.
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