Irán acoraza sus plantas nucleares y amenaza con más cortes de crudo
La comandancia de la defensa antiaérea iraní afirmó en un comunicado, citado por la agencia IRNA, que lanzaba cuatro días de maniobras «en la mitad sur del país» para reforzar la protección de sus emplazamientos nucleares.
Se recurrirá -añade- a una amplia gama de misiles, a sistemas de radar y a la aviación.
Los «ejercicios» apuntan a reforzar la coordinación entre los Guardianes de la Revolución, guardia pretoriana del régimen que controla en particular los misiles iraníes, y las fuerzas armadas tradicionales, precisó el comunicado.
Desde hace semanas, Israel reitera sus amenazas de ataques militares para detener el polémico programa nuclear iraní, lo que inquieta a estadounidenses y europeos, que multiplican las presiones para convencerle de no atacar y dejar que surtan efecto la presión diplomática y las sanciones.
De hecho, una delegación de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), dirigida por su director adjunto Herman Neckaerts, llegó a Teherán para discutir «soluciones diplomáticas sobre la cuestión nuclear», según las raras informaciones publicadas este lunes por la prensa iraní.
Su misión, de 48 horas, la segunda en menos de un mes, pretende esclarecer varios aspectos del programa nuclear iraní que suscita dudas sobre sus verdaderos objetivos.
La comunidad internacional se inquieta, pese a los desmentidos de Teherán, de una posible dimensión militar del programa, condenado por seis resoluciones de la ONU, cuatro de las cuales comportaron sanciones que los países occidentales endurecieron posteriormente unilateralmente.
La precedente misión de la AIEA, que se llevó a cabo entre el 29 y el 31 de enero, fue calificada como «buena» por la agencia onusiana, aunque señaló que «aún queda mucho trabajo por hacer».
Neckaerts espera que la nueva visita permita obtener «resultados concretos«, al tiempo que Irán multiplicó en las últimas semanas demostraciones de fuerza en previsión de una posible reanudación de las negociaciones con las grandes potencias.
Tras cuatro meses de vacilaciones, Teherán dio la pasada semana su acuerdo a una reanudación del diálogo con el grupo de los 5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad –Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña–, más Alemania), interrumpido desde hace más de un año, insistiendo en querer reanudar las negociaciones «rápidamente».
Pero al mismo tiempo, Teherán amenazó este lunes el suministro de petróleo a Italia, España, Grecia, Alemania, Portugal y Holanda, en represalia por el embargo petrolero y bancario decidido en enero por la UE.
Esta medida se suma al cese de las exportaciones a Francia y Gran Bretaña, los dos países a la cabeza de las sanciones, anunciado el domingo por el régimen iraní. Una decisión simbólica, puesto que ambos países casi no compran crudo iraní, pero que provocó un incremento del precio del petróleo en el mercado mundial.
Italia, España y Grecia se verían en cambio penalizadas si Teherán lleva a la práctica su amenaza.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, dejó claro el pasado 11 de enero que ni las sanciones ni las amenazas militares harán que Irán renuncie a sus «legítimos derechos» en materia nuclear.
Para demostrar su determinación, Teherán anunció un incremento del 50% de su capacidad de enriquecimiento de uranio y la puesta en marcha de una segunda planta de enriquecimiento en el sur de la capital, lo que provocó un nuevo conflicto con la comunidad internacional.
El jefe del programa nuclear iraní, Fereydun Abasi Davani, reafirmó el lunes que el programa «no presenta ningún peligro para los otros» países y que «los 5+1 harían mejor en cambiar de método», puesto que las sanciones «no han tenido éxito».
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