«Un papa rodeado de lobos»: documentos y cartas secretas del Vaticano complican al Sumo Pontífice

“Un Papa rodeado de lobos” titula El País de Madrid, mientras L´Osservatore Romano, hace lo propio bajo el título: “Un pastor rodeado por lobos”.

Es que el consistorio donde el Papa acaba de recibir a los 22 nuevos cardenales con que cuenta la Iglesia Católica, es también el preámbulo de una lucha interna por el poder para elegir al futuro “sucesor de Pedro”, que estará al frente del catolicismo cuando Benedicto XVI, deje el pontificado o fallezca.

El escenario pasaría desapercibido para la mayoría, como ha sido durante siglos, de no ser porque las tecnologías parecen jugar en contra del Santo Padre y su entorno: el portavoz de la Santa Sede reconoció que el estado pontificio sufre su propio “Vatileaks”.

Documentos secretos se están filtrando fuera de los muros vaticanos: una denuncia interna sobre corrupción y otra más compleja sobre un complot para matar al Papa, han quedado al descubierto y nadie sabe como acallar los temas.

El 16 de abril

Todos miran esa fecha como decisiva: el cumpleaños número 85 de Joseph Ratzinger, enfermo y para muchos aislado en Roma. Dimitirá como lo ha dejado entrever, o simplemente aguardará su hora en el trono papal.

Sea como fuere, los italianos principalmente, piensan que ha pasado ya demasiado tiempo con pontífices extranjeros. Y la lucha por el poder, tiene más de una zancadilla, que debería haber permanecido en reserva.

El primer documento que se filtró fue la denuncia del arzobispo Carlo María Viganó, nuncio en Estados Unidos, contando varios casos de corrupción dentro del Vaticano, por lo que pedía conservar su cargo al frente del departamento de licitaciones y abastecimientos vaticanos. Igual fue removido.

La segunda filtración ha sido la denuncia de una carta enviada al Papa por el cardenal colombiano Darío Castrillón, donde apunta un vaticinio de otro purpurado, el arzobispo de Palermo, acerca de que el “Papa morirá en 12 meses”.

Un celo profundo por transparentar el origen de los fondos eclesiásticos, y una purga constante de los cuadros pedófilos denunciados, hacen que el Papa parezca cada vez más solo y su rebaño también.