Carnaval / Rio de Janeiro

El noreste de Brasil invade el sambódromo en orgía de belleza, energía y color

Más de 72.000 espectadores cantaron y bailaron toda la noche en un renovado sambódromo con más luz y mejor sonido, en la apoteosis del Carnaval de Rio: los desfiles de las grandes escuelas de samba, que compiten por el título de «campeona del Carnaval» en el mayor espectáculo del mundo.

«¡Esto es maravilloso; hay una revolución en la avenida Marqués de Sapucaí!», donde está ubicado el sambódromo, dijo a la AFP el enorme rey Momo, alcalde simbólico de Rio durante los cinco días delCarnaval, que cantaba de memoria el samba de la escuela «Portela» en un costado de la pista, agitando su cetro dorado.

«Adoro esta fiesta popular, que te contagia. Es el mejor espectáculo del mundo, cuatro días de fiesta en los que uno queda bien relajado», dice riendo Edison Focht, un carioca de 45 años que viene al sambódromo «desde los siete».

De las 13 grandes escuelas donde desfilan más de 40.000 personas en las noches del domingo y lunes, seis tienen como tema vivencias de la región del noreste del país.

Fue el caso de «Imperatriz«, que dedicó su desfile al escritor Jorge Amado y a su ciudad, Salvador de Bahía; y de «Portela«, que homenajeó a las leyendas y tradiciones del estado de Bahía, con un foco en el sincretismo religioso que une catolicismo con candomblé.

«El sombrero me pesaba, el traje me daba mucho calor, ¡pero por el samba todo vale la pena!», dice tras el desfile Lugoma Seabra, un chofer de 41 años que desfiló con «Imperatriz» con un vistoso traje naranja, con gran sombrero de plumas fucsias y una foto de la esposa de Jorge Amado, Zelia, en un hombro.

«Renascer» homenajeó por su lado al artista Romero Britto, que nació en Recife (Pernambuco, noreste) y hoy vive en Miami. El propio artista desfiló en un carro alegórico. «El desfile fue lindo (…) Voy a llorar toda la noche», dijo Brito tras recorrer los 720 metros del sambódromo, según el sitio G1 de Globo.

La célebre escuela «Beija-Flor», campeona de 2011, centró su desfile en la ciudad de San Luis, capital de Maranhao, con la historia de este estado del noreste a través de la colonización, la llegada de los esclavos y la mezcla de razas india, negra y blanca.

El mayor espectáculo popular del mundo

La cantante Alcione, que nació en San Luis, desfiló en uno de los carros alegóricos de «Beija-Flor», mientras la cantante de música «axê», Daniela Mercury, oriunda de Bahía, desfiló con «Portela».

«Vila Isabel» fue la séptima y última escuela en desfilar, exaltando los lazos entre Angola y Brasil, por ejemplo a través de la influencia de la música angoleña en el samba.

«Desfilar es una emoción indescriptible. Cuando uno desfila, uno siente que todos lo miran», dijo a la AFP Leini Bessa, una cincuentona que bailó con «Vila Isabel» disfrazada de pájaro, con una gran falda de plumas blancas y enormes caracolas.

El lunes de noche, otras dos escuelas se centrarán en el noreste brasileño: Salgueiro con un «enredo» (tema) dedicado a la literatura de cordel, poesía popular típica de esta zona del país, y «Unidos da Tijuca», que rendirá homenaje al músico de Pernambuco Luiz Gonzaga, «rey» del baiao, un ritmo típico regional.

«Lo mejor del carnaval es la energía. Estoy saltando desde las seis de la mañana, porque antes fui a un ‘bloco’ (carnaval callejero)», contó excitada la carioca Flavia Suppia, de 38 años, en la madrugada del lunes.

Unos cinco millones de personas participan en los cinco días del Carnaval, casi un millón de ellos turistas.

Cada escuela desfila con entre 3.000 y 5.000 bailarines. Las escuelas gastan entre dos y cinco millones de dólares cada Carnaval, y se sospecha que gran parte del financiamiento proviene de la mafia de los juegos clandestinos.

No obstante, cada vez más empresas brasileñas y extranjeras invierten en el Carnaval, televisado para el mundo entero y seguido por los brasileños con la misma pasión que los partidos de fútbol.

AFP

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