Candidato opositor abre juego político para la disputa con Chávez en octubre
El politólogo Ricardo Sucre dijo a IPS que «el nuevo cuadro político está marcado por la alta participación en estas originales primarias multipartidarias, que convocaron a 17 por ciento del padrón electoral, mucho más que en elecciones similares en otros países».
«La afluencia masiva y la opción por Capriles, dotado de un discurso menos agresivo que otros precandidatos opositores, pueden leerse como que la ciudadanía votó más a favor que en contra de algo, con la sociedad actuando como factor de contención, de moderación, de apuesta por salidas electorales», sostuvo.
El gobernador del estado de Miranda, que abarca parte de Caracas, se alzó con la candidatura presidencial de una variopinta coalición de partidos de oposición, al recoger 1,8 millones de votos, que equivalen a 64 por ciento de los que concurrieron a las urnas, o casi el doble de la suma de sufragios de los otros cuatro aspirantes.
José Vicente Carrasquero, profesor del posgrado en ciencias políticas de la Universidad Simón Bolívar, dijo a IPS que «la afluencia masiva y espontánea de los electores en busca de un candidato le otorga a Capriles una fuerte legitimidad«.
El mejor posicionado
La oposición, congregada en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), «movió a votar a 60 por ciento del electorado que le acompañó en las elecciones parlamentarias de septiembre de 2010. Es un dato que debería leer atentamente el gobierno de Chávez», opinó Carrasquero.
El padrón electoral de Venezuela cuenta hoy con 18 millones de ciudadanos habilitados y usualmente dos de cada tres acuden a sufragar en comicios presidenciales.
Mientras, el vicepresidente de Venezuela, Elías Jaua, saludó la elección de Capriles: «Ya la derecha tiene candidato. Bienvenido a la batalla, pero prepárese para reconocer la gran victoria del pueblo bolivariano y del presidente Hugo Chávez el 7 de octubre».
El analista y director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, marcando la próxima lucha electoral en Venezuela, recordó a IPS que «Chávez tiene una fuerza muy importante, anclada en sus políticas sociales, y quien subestime su fuerza no está entendiendo nada».
Chávez, quien a sus 57 años se recupera de un cáncer detectado en junio de 2011, ha gobernado Venezuela desde 1999 y aspira a un nuevo mandato presidencial de 2013 a 2019 como candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
El líder del PSUV o las causas impulsadas por él se impusieron sistemáticamente en 15 de las 17 consultas electorales efectuadas desde 1998.
Los analistas concuerdan en que, aun afectado en la salud, el mandatario es un formidable candidato debido a la fuerte conexión que ha establecido con los sectores populares, sus dotes de comunicador y la disposición de cuantiosos recursos logísticos y mediáticos del Estado.
«No soy fascista»
Capriles se ha mostrado listo para el desafío y en una reciente entrevista con IPS dijo que «la campaña para estas primarias ha sido un calentamiento de motores. Voy a recorrer el país de punta a punta porque el verdadero juego comienza este lunes 13 de febrero».
Abogado de profesión, soltero, con 39 años y maratonista aficionado, Capriles nació en el seno de una familia adinerada, con negocios en medios de comunicación, la banca, la construcción y la exhibición de películas. Una de sus abuelas, judía polaca, padeció un encierro de más de 20 meses en el Gueto de Varsovia, durante la ocupación de Polonia por fuerzas de la Alemania nazi.
«Por eso me asombro cuando desde el gobierno me llaman fascista», ha dicho el aspirante presidencial, quien prefiere definirse como «progresista, de centroizquierda».
Fue elegido legislador en 1998 como dirigente independiente en las listas del partido socialcristiano Copei y durante un breve período presidió la Cámara de Diputados. En 2000, ya en el entonces nuevo partido Primero Justicia, obtuvo la alcaldía de Baruta, un municipio del sudeste de Caracas mayoritariamente ocupado por familias de clase media.
Estilo llano y directo
En ese municipio se encuentra la sede de la embajada de Cuba, que fue asediada por furibundos anticatristas en el breve lapso en el que Chávez fue desalojado del gobierno por el frustrado golpe de Estado de abril de 2002. Capriles, que según afirma intentó mediar, fue detenido por esos incidentes por cuatro meses y, una vez absuelto, fue reelegido alcalde en 2004.
En 2008 fue elegido gobernador del estado de Miranda, el segundo más poblado del país. Por este éxito se ufana de haber vencido al oficialista que entonces quería reelegirse, Diosdado Cabello, uno de los dirigentes más cercanos de Chávez y actual presidente de la unicameral Asamblea Nacional.
La popularidad de Capriles se relaciona con su estilo llano y directo para relacionarse con las comunidades populares, a las que ha visitado intensamente durante su gestión, y con la adopción de algunos programas sociales, incluido uno llamado «Hambre cero», inspirado en el plan brasileño, de cuyo gobierno se confiesa claramente admirador.
Como Chávez, el ahora candidato único de la oposición es muy coloquial al hablar, pero es más bien parco y rehúsa la grandilocuencia.
«El presidente vive hablando de pasado, yo quiero hablar del futuro» y «no quiero ser líder del mundo, solo de Venezuela», son algunas de sus frases favoritas.
Desde que la opositora MUD anunció hace casi un año que escogería a su candidato en primarias abiertas, Capriles se ubicó como el favorito de las encuestas, sin que pudiera descontarle la ventaja su colega del noroccidental y petrolero estado de Zulia, Pablo Pérez, alrededor del cual se agruparon los partidos más tradicionales.
«Estamos muy conscientes de la fuerza del gobierno, de su superávit en recursos y su déficit de escrúpulos. Esto no está ganado, pero lo vamos a ganar. La batalla asimétrica más conocida es la de David contra Goliat, y sabemos el resultado, lo mejor está por venir», dijo el secretario ejecutivo de la MUD, Ramón Aveledo, satisfecho con la alta afluencia a las urnas.
IPS
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