“Queda mal decir que rompimos el siete”, fue lo menos que dijo en su discurso al retomar el mando
Cristina Fernández, recuperada de la tiroidectomía que se le practicó a comienzos de enero, exhibió incluso la cicatriz de la operación.
El punto más candente que tocó la mandataria fue el de las petroleras, duramente cuestionadas durante su ausencia en el poder por cobrar al Estado precios por encima del mercado, y les recordó que estas empresas son “simples concesionarias”, es decir con permisos revocables por decisión del gobierno.
Con un humor que algunas veces asombró a la audiencia de partidarios que concurrieron a saludarla (“queda mal decir que rompimos el siete”) la mandataria habló de la caída de la desocupación por debajo del 7%, situada ahora en 6,7%.
Malvinas
En cuanto a la situación por Malvinas, la mandataria dijo haber escuchado “que dijeron que los argentinos somos colonialistas”, pero que nadie debía esperar su respuesta en “gestos xenofóbicos ni gritos destemplados”.
Fustigó no obstante a los grupos ambientalistas, “que no protestan contra la explotación de petróleo ni la devastanción de los peces” en Malvinas.
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