Agitación religiosa porque mujeres saudíes ya pueden vender lencería y cosmética
El rey Abdalá, en un paso que en Occidente podría parecer hasta ridículo, pero en ese país ha tenido una trascendencia tremenda: la sustitución de empleados hombres por mujeres, para atender en las lencerías primero, y en los institutos de belleza después.
Si bien todo demuestra en Occidente que nada mejor que mujeres para atender asuntos exclusivamente femeninos, ello no ocurre de igual modo en los países islámico ortodoxos como Arabia. Allí son los hombres quienes atienden a las damas, en tanto los intérpretes del Corán aseguran que la mujer no puede trabajar fuera del hogar.
El rey Abdalá promulgó un decreto en Junio de 2011, para que seis meses después de su firma, y con autorización del Estado caso por caso, las mujeres pudieran trabajar primero en las corseterías, después en salas de belleza, y de ahí, se espera, en más.
“Basta de pasar vergüenza” se llamó la campaña oficial, que busca terminar por un lado con el aislamiento femenino y por otro con el ridículo internacional. El Ministerio de Trabajo, que debe aprobar la solicitud, dijo que 40.000 mujeres pasaron a tener posibilidad de trabajar en las 7.300 tiendas que se estima hay en el país dentro del rubro: 28.000 se anotaron.
Oposición
Pero la reacción religiosa no demoró. El jeque Abdelaziz al Sheij, gran muftí (una de las categorías máximas dentro del islamismo), sentenció que emplear mujeres “es delito y lo prohíbe la Sharia” (ley del Islam).
El argumento principal, no está sin embargo en el tema del trabajo en si mismo, sino que trabajar en cualquier sitio donde la mujer tenga contacto, aunque más no sea verbal, con hombres fuera de su entorno familiar directo, es uno de los peores pecados.
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