Rusia «calcula» dónde cayeron restos, pero no tiene ni idea
«Según nuestros cálculos (…) la caída de fragmentos de la nave Fobos-Grunt debió producirse a las 21H45 hora de Moscú (17H45 GMT) en el océano Pacífico», declaró el coronel Alexei Zolotujin, portavoz de las fuerzas espaciales rusas, citado por la agencia Interfax.
Citado por la agencia estatal Itar-Tass, precisó que los restos cayeron a 1.250 km al oeste de la isla de Wellington.
Las fuerzas espaciales del ministerio de la Defensa controlaron la última fase de la salida de órbita, explicó. «Esto permitió pronosticar con gran probabilidad el lugar y la hora de la caída del aparato», recalcó el coronel.
Por el momento ha sido imposible contactar con la agencia espacial rusa Roscosmos, que en los últimos días no ha logrado predecir con exactitud la zona de impacto de la sonda a medida que se aproximaba a la Tierra.
La última información disponible en su página web sobre la situación es de las 16H15 GMT y anunciaba que la caída se produciría entre las 17H50 y las 18H34 GMT en el océano Atlántico.
Una fuente del sector espacial citada por la agencia Ria Novosti afirmó por su parte que los fragmentos habían caído en el océano Atlántico, cerca de la costa brasileña.
Horas antes una fuente del sector espacial ruso pronosticó, en declaraciones a la agencia Interfax, que los fragmentos caerían «a 120 km al oeste de la ciudad argentina de Rosario«, situada en el centro del país.
Fobos-Grunt, que debía dirigirse hacia un satélite de Marte (Fobos) para tomar muestras, fracasó en su intento de franquear la atracción terrestre, y desde entonces su órbita cae lentamente.
Esta sonda, de un coste de 165 millones de dólares, debía significar el regreso de Rusia a la exploración interplanetaria, abandonada tras el fracaso en noviembre de 1996 de la sonda Marte 96, que cayó al Pacífico.
Rusia tendrá dificultades para establecer las causas de este fracaso, estimó el domingo un responsable del sector espacial ruso citado por Interfax.
«No tenemos prácticamente datos telemétricos del aparato, los datos indirectos no son suficientes», declaró. «Estoy seguro de que las conclusiones de la comisión de investigación se basarán en suposiciones y no en hechos reales», concluyó.
El año 2011 fue uno de los peores para el sector espacial ruso. El último fracaso en sus proyectos fue el 23 de diciembre cuando un satélite de comunicaciones militares y civiles cayó en Siberia por un desperfecto del cohete Soyuz que lo llevaba a su órbita.
Y todavía fue peor el fracaso en agosto del lanzamiento de una nave de reabastecimiento hacia la Estación Espacial Internacional que paralizó durante tres meses las salidas hacia la ISS.
Comentando esos fracasos, el 10 de enero el director de Roscosmos, Vladimir Popovkin, mencionó la existencia de un supuesto complot extranjero.
Popovkin se mostró sorprendido de que algunos lanzamientos fracasaran justo en el momento en que los aparatos atravesaban zonas no cubiertas por los radares rusos.
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