La NASA quiere impedir venta de «souvenirs» traídos por sus astronautas

El último caso, y el más espectacular, lo protagonizó Jim Lovell, actualmente de 83 años, quien en una entrevista con la cadena Fox relató una nueva odisea que le toca vivir… ahora en tierra firme.

Lovell se hizo famoso como comandante de la cápsula Apolo XIII, cuyo módulo lunar “Aquarius” transportaba a tres astronautas rumbo a la Luna. Pero en el viaje algo falló y un tanque de combustible explotó. El “Aquarius” fue la tabla de salvación; Lovell tomó el libro de operaciones del módulo lunar e hizo unos cálculos en sus márgenes para utilizar la fuerza de gravitación lunar para volver a casa: si fallaban las cuentas jamás regresarían.

Cuatro días después amerizaban en el Océano Pacífico y fueron considerados héroes nacionales.

Lovell pidió como única recompensa, llevarse a casa aquel libro de instrucciones con sus cálculos: 70 páginas borroneadas con los números desesperados de un astronauta que no quería morir.

La situación actual

Cuarenta años después, Lovell encontró en su casa el libro. “Cuando lo iba a tirar a la basura me dije: tal vez tenga algún valor en un remate”. Lo llevó a Heritage Auction que lo remató en 388.375 dólares: el récord en precio para un objeto de esa naturaleza.

Adquirido por un comprador desconocido de la costa este de Estados Unidos, cuando el objeto iba a ser entregado intervino la NASA y prohibió la entrega, argumentando que el objeto pertenece al gobierno y que lo necesitan para un museo a construir.

Y como no es la primera vez que algún astronauta, que se quedó con algún objeto con autorización de sus superiores pero todo se hizo “de palabra”, ha tratado de venderlo con el obstáculo de la Nasa, ahora los “héroes del espacio” se aunarán para frenar el deseo del gobierno de Washington para quedarse con todo. Hasta con los recuerdos.