Cuba convierte a más empleados estatales en trabajadores privados
Estos nuevos trabajadores por «cuenta propia» (privados), parte de un programa que comenzó en forma experimental con las barberías en abril de 2010, pasarán a alquilar al Estado los locales y equipos que ocupan y utilizan actualmente, según las normas publicadas este lunes en la Gaceta Oficial.
Se trata de empleados que se desempeñan en empresas estatales provinciales de servicios, como carpintería, tapicería, cerrajería, fotografía, joyería, reparación de zapatos, colchones y de equipos eléctricos y electrónicos, entre otros.
Tres resoluciones de los ministerios de Comercio Interior, Trabajo, y Finanzas y Precios regulan esta reforma, que entrará en vigor el 1 de enero y se aplicará de «forma gradual» durante 2012.
Según las disposiciones, estos nuevos trabajadores privados podrán firmar «contratos de arrendamiento hasta por 10 años (de los locales y equipos), prorrogable por acuerdo entre las partes». Instalaciones y equipamiento continuarán «en administración de las empresas estatales».
Asimismo, los nuevos negocios privados fijarán el precio de los servicios que oferten y «serán exonerados del pago del arrendamiento hasta un año» los que «asuman la reparación de los locales», dice una resolución de Comercio Interior.
El diario oficial Granma no precisó el número de empleados estatales involucrados en este proceso, pero adelantó este lunes que la reforma se aplicará inicialmente «en seis» de las 15 provincias cubanas, incluida La Habana, y luego se extenderá al «resto del país».
Privatizaciones a toda máquina
La ampliación del sector privado es una de las principales reformas impulsadas por Raúl Castro y aprobadas en abril por el VI Congreso del Partido Comunista (único), como alternativa laboral a la drástica decisión –anunciada en septiembre de 2010– de reducir 500.000 empleos públicos en seis meses, que no se aplicó en ese plazo.
El 1 de marzo Castro declaró que el proceso de «actualización» del modelo económico cubano tomaría «no menos de un quinquenio», y ordenó ajustar el cronograma de los despidos masivos de personal estatal.
«Una tarea de esta magnitud, que afecta de un modo u otro a tantos ciudadanos, no puede enmarcarse en plazos inflexibles», declaró en esa ocasión Raúl, quien sucedió en el mando en 2006 a su hermano enfermo Fidel Castro.
La ministra de Finanzas, Lina Pedraza, ha dicho que el gobierno espera que el número de trabajadores privados ascienda a 1,8 millones hacia 2015.
El Estado tiene cinco millones de empleados y apenas 357.000 personas trabajan ahora por cuenta propia en 181 oficios, según cifras oficiales, desde que Raúl Castro autorizó la apertura de licencias en octubre de 2010.
El viceministro del Trabajo, José Barreiro, explicó el miércoles en una reunión de una comisión parlamentaria, que el 82% de los trabajadores privados eran jubilados o carecían de vínculo laboral, por lo que sólo el 18% está constituido por quienes han sido despedidos por el Estado.
En abril de 2010, Raúl Castro decidió que los empleados de las barberías y peluquerías estatales pasaran a un régimen especial experimental como trabajadores privados, rentando los locales y equipos al Estado, pagando además impuestos y una cuota de seguridad social.
Esa experiencia, que fue bien evaluada el viernes por el Parlamento cubano en su sesión semestral, es ahora extendida a otros servicios.
(AFP)
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