El hombre invisible: científicos en Dallas ya logran que desaparición sea rápida y reversible
(PL). El paso de la luz a través de la sustancia está determinado por una propiedad de dicha sustancia que se denomina «índice de refracción». El valor de este índice decide cuál es la velocidad de la luz en ese medio, mientras que sus variaciones en el espacio determinan la dirección del rayo de luz.
En efecto, ya sabemos que cuando la luz llega a la frontera entre dos medios de índices diferentes (por ejemplo entre el agua y el aire), ocurre que una parte de la luz se refleja y es devuelta al medio de partida, y otra se transmite hacia el otro medio, en general cambiando de dirección. Esto produce el conocido efecto según el cual una cuchara sumergida en el agua se ve desde afuera como si estuviera partida.
La idea que llevó al personaje de Wells a hacerse invisible fue la siguiente. El encontró una manera de modificar el índice de refracción de los objetos y hacerlo igual al del aire. Entonces, la luz al llegar a tal objeto seguiría su camino sin alterar su velocidad o dirección. Como la razón por la que vemos las cosas es que la luz se refleja en ellas, el cuerpo con el índice de refracción modificado de tal manera se volvería invisible. Y esto fue lo que le ocurrió a Griffin y lo llevó a su triste destino.
Los científicos de la Universidad de Dallas tuvieron una idea diferente que fue modificar, no el índice de refracción del objeto, sino el del medio circundante y con ello conseguir lo que se conoce como efecto «espejismo».
Refracción de la luz
Este efecto es bien conocido y se origina debido a variaciones del índice de refracción generalmente ocasionadas por variaciones de temperatura. Es lo que ocurre cuando nos parece ver agua, a lo lejos, en la superficie de una carretera caliente. Lo que sucede en realidad es que cerca de la superficie de la carretera la temperatura se eleva y por tanto varía, en esa región, el índice de refracción del aire, y hace que los rayos que provienen del cielo se curven antes de llegar al suelo y vengan directamente hacia nuestros ojos desde abajo. Por eso vemos el cielo como si estuviera en la superficie de la carretera, y nos parece agua. Al mismo tiempo, en esa zona dejamos de ver la carretera, la hacemos invisible. Lo mismo puede ocurrir en la arena del desierto.
Espejismo
Los espejos han sido ampliamente usados por los magos para simular la invisibilidad de las cosas. El famoso número de la cabeza parlante consistía en que se presentaba la cabeza de una persona encima de una mesa, la cabeza se movía y hablaba, y no tenía cuerpo debajo! El truco radicaba en que se colocaban espejos en cada uno de los cuatro lados de la mesa. Entonces los alejados espectadores veían el piso reflejado en los espejos y suponían que no había nada bajo la mesa. Claro que entre los cuatro espejos estaba el cuerpo del dueño de la cabeza parlante.
Nanotubos de carbono
Volviendo a los científicos de Dallas, ellos colocaron alrededor del objeto a desaparecer una capa de nanotubos de carbono. Estos son simplemente mallas de átomos de carbón envueltas en forma de tubos muy pequeños. Entre las propiedades de este singular material está el hecho de que tiene una gran facilidad para ser calentado muy rápidamente y transmitir este calor a sus alrededores. La capa de NTC calienta los alrededores y hace que la luz se curve (como cerca de una carretera caliente) haciendo invisible todo lo que esté detrás de ella. La ventaja de este dispositivo es que permite apagar y encender el efecto rápidamente. O sea, a voluntad, el objeto se puede hacer visible o invisible y cambiar rápidamente entre un estado y el otro.
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