Jura de ministros

«Nuestro futuro es tomados de la mano, codo a codo, como quería Benedetti”

(EFE) Fernández dedicó a la economía la mayor parte de la hora y cuarto que duró el discurso de inicio de su segundo mandato de Gobierno, signado por un país que sumará en 2011 nueve años consecutivos de crecimiento económico a «tasas chinas» pero amenazado, como otras naciones emergentes, por los avatares de la crisis internacional.

Reelegida con el 54 % de los votos, Fernández «dio un discurso de confirmación de su estilo, asociada con la confirmación de la mayoría de los ministros del gabinete, y que da la sensación de que no haya nada que cambiar», dijo a Efe el director del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano, Orlando D’Adamo.

La presidenta ratificó que sostendrá un modelo basado en un superávit comercial, en un incentivo al consumo interno, en el apoyo a la industria, en el desendeudamiento, en la acumulación de reservas monetarias y en la intervención en el mercado cambiario.

Repasó larga y detalladamente cada uno de los progresos en materia económica y social desde que, tras la crisis de 2001-2002, su esposo y antecesor, el fallecido Néstor Kirchner, asumió la Presidencia.

Pero, más allá de la creación de una Secretaría de Comercio Exterior y una Subsecretaría de Competitividad, no anunció nuevas medidas ni formuló promesa alguna.

Para D’Adamo, no es extraña la falta de anuncios y promesas porque, al ser una reelección, «si había algo importante para hacer, se supone que el Gobierno ya la hizo y la presidenta no debe percibir que tenga muchas cosas para cambiar».

«Fue un discurso de exposición de logros más que de proyección de la gestión de Gobierno porque la única promesa es la ratificación del modelo. Esa es la mayor proyección de futuro y, a su vez, la ratificación de principios para su masa de votantes», dijo a Efe el analista político Jorge Arias, de Polilat.

Fernández tampoco aludió en su discurso a los recientes recortes en los millonarios subsidios que paga el Estado ni mencionó la inflación, el talón de Aquiles de la economía argentina, que el Gobierno esconde con indicadores oficiales cuestionados por consultores privados.

«La serie de medidas vinculadas a los subsidios y las que se seguirán tomando van a tener impacto en la economía y va a ser interesante ver cómo la presidenta lo sobrellevará en su imagen positiva en la opinión pública en los próximos meses», señaló D’Adamo.

Arias apuntó que para este segundo período de Gobierno, hasta 2015, Fernández tiene «el desafío de sostener la lucha contra la pobreza y la desigualdad», un aspecto donde Argentina ha avanzado claramente aún con la «incógnita» sobre los reales números de la pobreza debido a la desconfianza de los mediciones oficiales.

«Otra de las claves de los próximos tiempos será cómo atravesaremos este desfiladero, cómo bailamos en este palo enjabonado de esta crisis que no parece tener fin en los países centrales», dijo Arias.

D’Adamo coincidió en que el impacto interno de la crisis internacional será uno de los «grandes asuntos que van a ocupar la nueva gestión» de Fernández, quien ha prometido «sintonía fina» para los tiempos que se vienen.

En su discurso, la presidenta dedicó unos párrafos a la crisis en los países centrales y afirmó que ésta es «casi un espejo de la Argentina del 2001″, cuando tras cuatro años de recesión y fuerte ajuste económico, el país suramericano declaró el mayor cese de pagos de la historia.

Al hablar puntualmente de la situación crítica que atraviesa la eurozona, afirmó que en la Unión Europea «gobiernan con metas de inflación», mientras que Argentina se rige por «metas de trabajo, crecimiento y empleo».

«Esos son los ejes de nuestro Gobierno y lo van a seguir siendo», aseguró.

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