«Para ser feministas en la murga no se necesita tener mujeres»
Falta y Resto no se presentará a las pruebas de admisión para el Carnaval 2019. Hugo Brocos, uno de sus propietarios, se negó a firmar la postulación porque no está de acuerdo con la inclusión de mujeres.
Este fin de semana se conoció que la murga Falta y Resto no participará del Carnaval 2019 por discrepancias entre sus dueños respecto a la inclusión de mujeres.
En el último carnaval Falta y Resto de destacó por la paridad de género en su composición, con seis murguistas mujeres, dejando atrás cien años de una tradición que excluía casi completamente a las mujeres.
El cuplé «Ni un paso atrás» se ganó aplausos este verano por ser la primera canción compuesta íntegramente. Sin embargo, ahora se conoció que uno de los dueños de la murga, Hugo Brocos, se negó a firmar la postulación de la murga a la prueba de audición para el Carnaval 2019, justamente por la presencia de mujeres.
Leandro Castro –hijo de Raúl Castro, el otro propietario de la murga— explicó la situación con un pormenorizado posteo en su cuenta de Facebook.
“Con todo el dolor del mundo quiero avisarle a todos que Falta y Resto no se va a presentar a la PDA para el carnaval 2019. Se necesitan dos firmas para inscribir a la murga en carnaval, las de sus respectivos dueños que son Raúl Castro y Hugo Brocos. Raúl firma, Hugo no”, informó Castro.
“A pesar de que el cuadro está ensayando un nuevo espectáculo con todas las ganas de salir en carnaval, al señor Hugo Brocos no le parece conveniente ya que cree que el rumbo artístico que está tomando la murga es equivocado por la inclusión de mujeres al espectáculo”, agregó.
“Hace unos años la posta la compartimos con mis hermanos, Felipe desde la composición musical y letristica, Soledad desde la concepción del espectáculo y las letras y yo desde la composición musical, los arreglos corales y la dirección escénica y grupal. Raúl también, siempre, como creador, letrista, compañero, cantor, músico y aguantando y comprendiendo cada momento y cambio de la murga”, comentó.
Según cuenta el año pasado propuso sacar una murga con mujeres: “no dije cuántas, sólo me imaginaba que estaría bueno, porque creía que era justo y que se podía. Cuando le dije eso al viejo, me contestó: ‘que sea una murga igualitaria de verdad, la mitad mujeres y la mitad varones'», contó.
Y reconoció: «en ese momento quedé pirando, iba a ser el primer año que la responsabilidad coral y artística iba a ser mía casi que por completo, tuve miedo, ese miedo que tenemos cuando pintan desafíos nuevos, esos que buscan romper estructuras, ese nerviosismo mezclado con emoción y le dije que sí, que estaba dispuesto. Y se dio nomas, la murga salió con seis mujeres y siete hombres en el coro y nosotros consideramos, todos, que la murga nos encantó. Fue difícil, un trabajo extremo de parte de todos, un espectáculo que sentimos que llegó y marco a nivel político y artístico, que creemos que trascendió fronteras y empoderó al género femenino a crear murga, más de lo que ya estaba empoderado, por supuesto, gracias a las murgas jóvenes, que siempre son las que muestran otras formas de hacer las cosas y las hacen válidas y se vuelven costumbre y realidad”.
“Hoy ese discurso nuevo y paritario es censurado por un compañero que cree que ‘para ser feministas en la murga no se necesita tener mujeres’, un compañero que desde mi perspectiva no ha sumado absolutamente nada a la murga desde hace treinta años y se la llevó de arriba siempre, por más que siempre estuviera, hoy decidió cortarnos las patas a quienes le hicimos la falta y resto gratis durante toda su vida, y decidió cortarle el carnaval a las pibas, otra vez, como siempre, silenciadas por el patriarcado carnavalero. Lamento que las cosas hayan sido de esta manera, como dije, se necesitan las firmas de ambos, Raúl y Hugo (piruja), para que la murga pueda salir en carnaval. Raúl firma, Hugo no”, denunció.
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