El «viagra» para mujeres ya es una realidad

17 años después de que la FDA en Estados Unidos aprobara el uso y la comercialización del viagra para la difunción eréctil, se discute acerca de la pastilla “rosa”, un fármaco de efecto similar, que apunta a tratar la falta de deseo sexual en las mujeres.

En ese marco, días pasados el comité asesor de la FDA votó 18 a 6 para que la droga, de nombre flibanserina, sea aprobada. Como señala el diario Clarín “La flibanserina está pensada para que mujeres premenopáusicas tomen la pastilla todos los días a la hora de dormir en los casos de mujeres que no tengan deseo sexual pero que la razón no sea atribuida a alguna enfermedad. Sprout Pharmaceuticals, propietaria de la flibanserina, dijo que el 7% de las mujeres premenopáusicas presentaban esa condición, conocida como trastorno de deseo sexual hipoactivo”.

Esta droga había sido rechazada en dos ocasiones por la FDA, debido a sus efectos secundarios y sus riesgos, entre los que destacan la baja presión arterial, las náuseas, el desmayo, entre otras nada alentadoras posibilidades. Este rechazo se vio seguido por protestas de algunas organizaciones feministas, que tildaron el hecho de discriminatorio hacia las mujeres.

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Las pruebas

La pastilla “rosa” está en estos momentos a un paso de salir al mercado. La empresa encargada de su elaboración hizo públicas tres pruebas de ensayos clínicos con la flibanserina. En esas pruebas, las mujeres participantes aseguraron haber sentido mayor deseo sexual, y haber notado un aumento significativo de la frecuencia con que mantenían relaciones sexuales.

Muchos de los partidarios de aprobar este medicamento sostienen que de no hacerlo se empuja a las mujeres a tomar dudosas drogas ofrecidas por internet. En cambio, los detractores, entre los que se encuentra Adriane Fugh-Berman, de la Universidad de Georgetown, afirman que la flibanserina es «un afrodisíaco mediocre con efectos secundarios de miedo».

Tras aprobarse por parte de la FDA, “la mayoría opinó que la aprobación de la flibanserina daría por primera vez una alternativa a las mujeres que padecen desinterés sexual. Para ello se exige que -además de especificar las contraindicaciones en las etiquetas -se entrene a los médicos y se continúen haciendo estudios tras la comercialización”.