Las zonas con mayor peligro de incendio
Con decenas de localidades en el Interior carentes por completo de cobertura antifuego, populosos barrios montevideanos librados casi a su suerte, y una creciente emergencia en el mismo Cuartel Centenario por el desplazamiento de la población a suburbios carentes de protección, los bomberos voluntarios aparecen como una aspirina ante un infarto. Aunque peor podría ser la nada.
Cuando los especialistas de Bomberos informaron al Ministerio del Interior acerca de los riesgos a nivel nacional, el público apenas recibió información de lo que se denunciaba.
Bajo el título: «Prioridades de Instalación de Destacamentos», el documento elevado catalogaba de «prioridad total» la situación en cuatro áreas urbanas, ante «el número de población y los riesgos técnico-profesionales que significa la diversidad de industrias y comercios establecidos en la zona». Para las cuatro se reclamaba un cuartelillo de bomberos cuando menos. Ahora se compensará la falta con este intento de consolidar bomberos locales voluntarios.
Los cuatro puntos clave sin servicio contra siniestros, siguen aún siendo: el barrio de la Unión, con más de cien industrias pequeñas, quinientos comercios de porte, cincuenta provicentros, doce supermercados, fábricas de alfombras, cincuenta tiendas, treinta mueblerías, dieciséis barracas, media docena de fábricas de calzado, diecisiete centros de estudio públicos entre escuelas y liceos, dos universidades, tres hospitales, trece policlínicas y cuatro sanatorios. Un cuartelillo en la Unión permitiría alcanzar barrios como Hipódromo, Piedras Blancas, Punta de Rieles y Villa Española, casi un cuarto millón de personas, hoy sin cobertura directa.
La Unidad Casavalle, abarcando Borro, Manga y Las Acacias, sobre un total de 25.000 viviendas y más de 86.000 habitantes, fue atendida el año pasado cuando se terminó tras 14 años el cuartellilo, luego de que varios menores se calcinaran en una vivienda de esa zona.
En el Interior: Nueva Palmira (Colonia), con 8.500 habitantes, puerto internacional, frigorífico, depósitos de cereales y otros de minerales, silos aéreos y subterráneos, molino, estaciones de servicios y zona franca. Pero sin bomberos. Rincón de la Bolsa, (San José) cuyos 28.000 habitantes en aumento, tienen dieciséis supermercados, un depósito de gases licuados, una procesadora de sebo, una fábrica de pinturas, doce granjas hortifrutícolas, cinco aserraderos, un astillero, más una veintena de industrias, carecen de servicio contra fuego.
A simple voluntad
La aspiración del gobierno es que los bomberos voluntarios puedan también aventar siniestros en la veintena de localidades del Interior que reclaman un servicio para emergencias mínimo.
El mismo texto de los técnicos-bomberos señala causas de alto riesgo en Montevideo: en el Cerro, si se incluyen los barrios Casabó y La Paloma, hay casi 100.000 personas, pero el servicio debe concurrir desde Belvedere, como mínimo a un cuarto de hora de cualquier siniestro.
En el Interior, los 10.000 habitantes de Nueva Helvecia tienen curtiembre, fábricas de lácteos y carrocerías, otras industrias menores y una zona franca. Tarariras, con 6.500 habitantes, tiene frigorífico, silos, aserraderos, fábricas y metalúrgicas.
Algo similar ocurre a los casi 7.000 habitantes de San Ramón, con decenas de comercios. Aunque pareciera más pequeña, Castillos en Rocha tiene 400 comercios, cuatro industrias, forestación y cuatro campings. Pero no bomberos. Otras localidades que reclaman atención prioritaria: Guichón, San Gregorio de Polanco, y el eje Colón-Melilla-Lezica.
También los bomberos voluntarios deberán desarrollarse en localidades que carecen de lo imprescindible para enfrentar problemas de la índole que atienden los bomberos, además del fuego: Fraile Muerto; Santa Clara de Olimar, Palmitas, Villa del Carmen, Villa Cardal, Casupá, Cerro Colorado, Fray Marcos, Solís de Mataojo, José Batlle y Ordóñez, Nuevo Berlín, Vichadero, Villa Rodríguez, Ecilda Paullier, y Aiguá.
Asimismo y durante el verano, La Barra de Maldonado, Portezuelo y Punta del Este están en serias dificultades para cumplir con la demanda. *
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