Ejecutivos uruguayos implicados en la muerte del gerente del Cambio Val
Dos tarjetas de presentación, y algunos números telefónicos del empresario uruguayo, fueron encontrados en el apartamento de uno de los detenidos en la ciudad de San Pablo y ahora son investigados por los federales.
La documentación, según fuentes del la Policía Federal brasileña, indicarían que el juez brasileño Rocha Mattos, cabecilla de la organización que lavaba dinero, estaba interesado en adquirir más propiedades en Maldonado, donde ya es dueño de por lo menos 6 mansiones ubicadas en la zona de José Ignacio y en el centro de Punta del Este.
Según datos recogidos por LA REPUBLICA, Rocha Mattos tomó contacto con el empresario uruguayo EB, justamente para que operara como testaferro para la adquisición de otros bienes inmuebles en el departamento fernandino, por una suma superior a los 13 millones de dólares.
Los investigadores brasileños aseguran que existía una firme «conexão» entre Gerardo Vidal, hallado muerto en su auto con un tiro en la cabeza y el ejecutivo de iniciales EB, con el cual habrían realizado múltiples operaciones ordenadas por Rocha Mattos. Sin embargo, en determinado punto Gerardo Vidal «quedó quemado» para los intereses de la organización de lavado de activos ilegales, pues había sido indagado varias veces por la Policía Federal y tenía prohibido el ingreso a territorio norteño.
Los informantes señalaron a LA REPUBLICA que la relación entre Vidal y EB se cortó abruptamente por orden del juez mafioso y su «comando» y que éste había quedado a cargo de «limpiar el escenario».
Según fuentes del país norteño, otro empresario investigado por la policía brasileña es Walter Omar Lassere Limardo, dueño de varias empresas en nuestro país, entre ellas «El Tiburón», distribuidora de artículos diversos, «Lassmi», de artículos deportivos y las off-shores «Ibatur», «Najayo» y «Radeline Finance».
Los vínculos en el Este
La casa desde donde el juez brasileño manejaba sus turbios negocios fue ubicada en el departamento de Maldonado, más precisamente en la calle Leonardo da Vinci, en una lujosa zona de Punta del Este.
El dueño de la inmobiliaria puntaesteña Sol Propiedades informó a los investigadores que la «Casita Amanecer», perteneció a un ciudadano identificado como Fausto Solano, y que varias veces se hospedó allí el juez Rocha Mattos.
La Casita Amanecer, guarida del juez brasileño, fue deshabitada, y supuestamente no vive nadie allí desde hace varios meses, aunque misteriosamente sus jardines siguen floreciendo y mantiene un magnífico césped. Los vecinos de la zona explicaron que un auto blanco matrículado en Salto se detiene cada semana en la puerta de la mansión y que los enigmáticos visitantes se encargan del cuidado y el mantenimiento de la «casita» valuada en algo más de 500.000 dólares.
Jerarcas de la Policía Federal brasileña dijeron que «lamentablemente el juez fue muy inteligente y armó su base delictiva en el Uruguay, un paraíso fiscal fuera de fronteras y lejos del alcance de los investigadores que están empapados en el tema».
Las cartas dicen poco
El faltante de más de 90.000 dólares de la caja fuerte de la sucursal del Cambio Val en el Chuy, complica aun más el panorama para los investigadores, ya que según se dijo, «no explica el porqué del faltante en ninguna de sus cartas». Gerardo Vidal «dejó una explicación pero, la verdad, carece de toda lógica», dijeron las fuentes consultadas.
En los próximos días estará el resultado de la pericia caligráfica y el informe final de la Policía Técnica.
El estudio de las micropartículas de sangre que «salen de la cabeza» al impactar la bala, y que deberían haber manchado la mano del gerente, todavía no ha sido finalizado. Si la mano de Vidal tiene partículas de sangre, se confirmaría que se trató de un suicidio, aunque «esto no quiere decir nada, ya que puede haberse suicidado bajo amenazas de tortura», explicaron los informantes. *
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