Cuando la realidad se fusiona con las promesas
La semana pasada el señor Mario Draghi, quien oficialmente entró como presidente del Banco Central Europeo, tuvo la oportunidad de estrenar su régimen…¡y qué forma de estrenar! Como sugerí en el Color de Mercado con el titulo «La crisis de misiles de Cuba, el teléfono rojo y la crisis de deuda europea», en momentos de crisis lo más importante son los mensajes que se envían entre líderes e instituciones.
Esta tesis se basa en que si los mensajes son los correctos, e interpretados de la forma adecuada, entonces podemos evitar llevar acabo reacciones drásticas que pueden tener ramificaciones con incalculables daños generacionales.
El señor Draghi envió un potente mensaje. Es importante mencionar que 51 de 55 economistas esperaban que el ECB mantuviera la tasa sin cambio en 1,50%. Mario Draghi optó por bajarla a 1,25%…y eso no fue todo. El señor Draghi agarró el micrófono y le dijo al mundo: «¿Qué les hace pensar que convertirnos en el prestamista de último recurso es lo que se necesita para mantener unida a la eurozona? Esto no es parte del mandato del ECB. El mandato del ECB es mantener estabilidad de precios en el mediano plazo». Es un mensaje súper fuerte e interesante ya que rompe con el molde de lo que hemos estado escuchando en los últimos meses. ¿Podría ser el señor Draghi el catalizador que necesita Europa?
El señor Draghi no fue el único en enviar mensajes. Durante la reunión del G-20 en Cannes, líderes europeos expresaron su frustración sobre la crisis, en particular de Grecia.
No se requiere de ecuaciones diferenciales y/o mentes brillantes para solucionar la crisis de deuda del viejo continente. Lo que el mercado esta dejando claro es que lo que quiere ver es ¡liderazgo, toma de decisión y claridad!
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