La mitad de los servicios exportados por Uruguay salen desde zonas francas
El director de la Cámara de Zonas Francas del Uruguay, Juan Opertti, dijo que la estabilidad jurídica, política y económica del país y las exoneraciones tributarias son importantes atractivos que Uruguay ofrece a los inversores.
El aumento de las inversiones y la transformación de las zonas francas en plataformas sostenibles de operaciones y servicios globales fueron el eje de una exposición realizada por Juan Opertti, director de la Cámara de Zonas Francas del Uruguay, durante la I Reunión de Funcionarios Gubernamentales y Mesa de Trabajo Virtual sobre Comercio de Servicios Basados en Conocimiento.
El encuentro, organizado por la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), reunió a expertos y empresarios de los 13 países miembros de la organización, quienes abordaron diversos aspectos vinculados a la temática, como las políticas públicas de respaldo a la inversión y las claves para retener a los jóvenes talentos.
En su ponencia, Opertti, destacó el rol de las zonas francas en el posicionamiento de Uruguay como un polo logístico de distribución regional a partir de la creciente instalación de compañías que responden favorablemente a la relocalización de las operaciones administrativas y comerciales de alto valor agregado (offshoring) que ofrecen estos espacios.
“Somos un país pequeño, con un mercado interno reducido, y continuamente estamos mirando al mundo. Exportamos 4.500 millones de dólares en servicios, de los cuales el 50% de los Servicios Globales y Logística salen de las zonas francas”, expresó.
Las empresas que operan en alguna de las 12 zonas francas uruguayas desarrollan actividades comerciales, industriales, de logística, de servicios globales y mixtas.
Estabilidad jurídica, política y económica
Según Opertti, tanto la estabilidad jurídica, política y económica que ofrece el país como las exoneraciones tributarias, constituyen elementos de alto atractivo para los inversores.
Otro aspecto fundamental es la disponibilidad de mano de obra capacitada para responder a la demanda de estas compañías. “Cuando se acercan empresas a invertir en Uruguay lo primero que preguntan es si hay capacidades universitarias”, explicó.
Entre las sugerencias, planteó la necesidad de tomar en cuenta que los costos tienen un peso del 40% entre los factores decisivos para el establecimiento de las empresas en zonas francas, mientras que las habilidades y el microclima de negocios inciden en un 30% respectivamente.
“Tenemos que ser un nodo elegible para integrarnos a una cadena global de valor. Debemos contar con proyectos para capacitar rápidamente a personal en áreas específicas y con una red logística capaz de hacer fluir los productos en forma veloz, flexible y ágil para posicionarlos en cualquier lugar del planeta. Ya no se trata de comercializar los productos que genera el país, sino que son ‘made in the World’”, sentenció.
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