Bankia: dimitió Rato

España deberá echar mano a su propio bolsillo para sanear sus bancos

«Se ultima un plan de saneamiento de la entidad que seguramente se va a hacer a través de inyección de capital convertible contingente, los famosos ‘CoCos’, y también se ultiman cambios en la gestión» de Bankia, dijo a la AFP una fuente del ministerio de Economía, confirmando que se tratará de dinero público.

La primera consecuencia de este anuncio se hizo sentir el lunes.

El presidente de Bankia, Rodrigo Rato, ex ministro de Economía y ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), anunció su dimisión y propuso para reemplazarlo a José Ignacio Goirigolzarri, que dirigió el BBVA, segundo banco español, hasta 2009.

Por su parte, el plan del gobierno se anunciará «antes del viernes seguramente», según la fuente ministerial.

Es una respuesta a las advertencias de las últimas semanas en que el FMI llamó a Madrid a ir más lejos en el saneamiento de sus bancos para «poner remedio a sus debilidades», mientras que la agencia Standard and Poor’s, que rebajó dos escalones la nota soberana española, vio «una probabilidad creciente de que el gobierno de España necesite proveer apoyo fiscal al sector bancario».

Nacido de la unión en 2010 de siete cajas de ahorros, Bankia entró en bolsa en julio de 2011 al precio de 3,75 euros por acción.

Este lunes, a las 13H45 GMT su título se cambiaba a 2,36 euros, una caída del 3,67% en un mercado en alza del 1,68%.

Su principal debilidad es ser, entre los grandes bancos españoles, el más expuesto al sector inmobiliario: 37.500 millones de euros a finales de 2011.

Para sanear su balance, necesitará «5.000 y 10.000 millones de euros», según el diario El País, mientras que el rotativo económico Expansión consideró que la inyección de fondos públicos ascenderá a «entre 5.000 y 7.000 millones de euros».

Los diarios «no van mal encaminados» con respecto al monto previsto, «pero no se puede confirmar», precisó la fuente ministerial.

El propio jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, que hasta ahora rechazaba la idea, admitió este lunes la posibilidad de usar dinero público, cuando Madrid ya ha prestado al sector más de 15.000 millones de euros.

«Si eso fuera necesario para conseguir el crédito, para salvar el sistema financiero español, yo no renunciaría, como han hecho todos los países de Unión Europea, en inyectar dinero público, pero eso solo sería en última instancia», afirmó.

El gobierno aprobará el viernes un nuevo decreto ley para sanear el sector, separando los activos inmobiliarios del balance de los bancos.

Tras dar créditos a todo trapo durante la burbuja, a finales de 2011 los bancos acumulaban 184.000 millones de euros en activos inmobiliarios problemáticos -de valor incierto-, es decir, un 60% de su cartera.

Las autoridades ya les impusieron provisionar 53.800 millones de euros para cubrir riesgos.

«Lo que pretendemos es que a esas viviendas (de los bancos) se les fije su precio real, aunque pierdan dinero todos, los promotores y los bancos, y se saquen a la venta: esa es la operación que tenemos en marcha y esa es la operación de la que vamos a tratar en el Consejo de Ministros del próximo viernes», explicó este lunes Rajoy en una entrevista a la radio privada Onda Cero.

Y si el Estado tiene que echar mano al bolsillo, esto no amenazará la reducción de déficit, del 8,51% del PIB en 2011 al 5,3% este año, prometió Rajoy: «solamente entrará dinero público en la situación límite, esto lo diremos el próximo viernes, pero eso no va a afectar al déficit público», zanjó. AFP

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