Desempleo dramático, recesión, rigor, un amargo cóctel para España hasta 2013, por lo menos
España, sancionada por Standard & Poor’s, tenía en el primer trimestre casi un trabajador de cada cuatro sin empleo, al tiempo que volvía a entrar en recesión, un sombrío panorama que, según los expertos, se prolongará hasta 2013, alimentado por una cura de rigor sin precedentes.
El diario económico Expansión lo resumía con un tono dramático: «Desde Londres hasta Nueva York, pasando por París, Berlín, Bruselas y Roma. En todas las principales plazas económicas del mundo occidental los analistas coinciden en una cosa: España genera mucha preocupación y pocas esperanzas».
Las cifras de desempleo publicadas el viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) no contribuirán a infundir confianza. A finales de marzo, la cuarta economía de la zona euro tenía 5,64 millones de personas sin trabajo, un 24,44% de la población activa, un récord en los países industrializados y más del doble de la media de la Eurozona, que en enero fue de 10,7%.
El lunes próximo, el INE debe confirmar oficialmente la entrada de España en recesión, apenas dos años después de haber salido de ella. El Banco de España ya avanzó esta semana un retroceso del PIB de 0,4% en el primer trimestre respecto al precedente, en que la economía se había contraído 0,3%.
«El año 2012 va a ser muy flojo en cuanto a consumo, a creación de empleo», afirma Alberto Roldán, analista de la firma de corretaje Inverseguros.
El propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, admitió que España está «en un momento enormemente frágil», previendo una caída del 1,7% del PIB en 2012, con dos trimestres de crecimiento negativo.
Más pesimista, la Fundación de Cajas de Ahorro, Funcas, ve siete trimestres de caída de actividad -incluido el último de 2011- lo que augura una salida de la recesión en el segundo semestre de 2013.
Para Commerzbank, España será el único país de la zona euro que siga en rojo en 2013, año en que prevé un retroceso del 0,3% del PIB. Natixis vaticina por su parte -0,5%.
«Me temo que Funcas puede tener razón», reconoce Juan José Toribio, profesor de la IESE Business School de Madrid. «Las dudas mayores no están en este año, donde creo que las previsiones del gobierno están bien hechas, sino en cuanto a las previsiones del año que viene», agrega.
En su opinión, 2013 «no será mucho más fácil que 2012″ porque «todavía será necesario seguir con el ajuste presupuestario y eso volverá a tener sus efectos».
Reequilibrio escalonado
Madrid quiere reducir su déficit de 8,51% del PIB en 2011 a 5,3% en 2012, y a 3% en 2013, pero el jueves Standard & Poor’s dejó claro que no lo cree posible, degradando la calificación de la deuda del país en dos escalones, a BBB+.
La agencia calificadora prevé un déficit público de 6,2% en 2012 y 4,8% en 2013. «Creemos que la trayectoria fiscal del Reino de España probablemente se deteriore ante un contexto de contracción económica en contraste con nuestras proyecciones previas», consideró.
Al día siguiente de este anuncio, la tasa de interés de las obligaciones a 10 años de España subía hasta casi el 6%, mostrando una caída de la demanda. Tras perder más de 2,5% a la apertura el viernes, la bolsa de Madrid limitaba la caída a media mañana, en baja de 0,12% a las 08H48 GMT.
Cuidado con el «círculo vicioso», advierte Roldán. «Cuando haces un presupuesto para no gastar pero no para crecer, significa que cada euro que ahorras es un euro que no va al crecimiento», explica.
El economista jefe de HSBC, Stephen King, comparte esta opinión. «En España se está empezando a desarrollar un ciclo similar al de Grecia. La recesión es tan profunda que cuando se da un paso adelante en la austeridad, te lleva dos pasos atrás».
España «tiene que intentar como sea reducir el déficit presupuestario, y acompañar de otras medidas que de alguna forma acompañen el crecimiento económico o que por lo menos dulcifiquen la recesión», considera Toribio.
Pero «las principales deben ser tomadas fuera de España, por el proprio BCE, con una política monetaria expansiva», afirma.
«Habrá que flexibilizar los objetivos de reducción del déficit», dice por su parte Jesús Castillo, especialista del sur de Europa en el banco Natixis.
«Esto significa, para los países en dificultad que les cueste financiarse en los mercados, una verdadera política (europea) de financiación de sus necesidades», concluye.
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