Paraguay salvó la última traba argentina para dejar pasar la energía guaraní hacia Uruguay
No falta casi nada. Apenas un tris y ya se estará firmando el acuerdo tripartito de suministro de energía eléctrica de Paraguay al Uruguay. El tercero es Argentina que, parece, finalmente accederá a dejar pasar el fluído por su red, sin «matar» a Uruguay con el precio.
Hace mucho tiempo que Argentina viene trabando este negocio binacional, tan benéfico para charrúas como para guaraníes.
Los palos en la rueda eran dos. Por un lado, el precio del peaje. Argentina quería cobrarlo caro. Bastante más caro del precio que le cobre a Brasil por el mismo concepto.
Alguien les habrá hecho creer a los argentinos que el Uruguay estaba boyando de prosperidad, entonces se podía «cobrarle bien».
Parece que la codicia se detuvo a los 13 ó 14 dólares por megavatio/hora. Precio que el negocio lo puede pagar, aparentemente, aunque a Uruguay ese precio le fastidie como una piedra en el zapato: a Brasil, la Argentina le cobra sólo entre 8 y 10 dólares por hacer lo mismo, mejor dicho por hacer nada, sólo dejar pasar la corriente. En definitiva, Paraguay y Uruguay celebran que Argentina se haya «bajado del caballo» en esto del precio, puesto que con ello se destraba el negocio.
El otro punto es la cantidad. ¿»Cómo controlamos lo que ustedes le mandan a Uruguay?» vociferaba el delegado argentino en las últimas negociaciones por este tema. Argentina recela de que Paraguay mande a Uruguay más energía de lo pactada. O que sea producida por la represa Yacyretá, donde Argentina y Paraguay son socios, en vez de Acaray, propiedad paraguaya.
«Muy fácil», respondió Mercedes Canese, viceministra guaraní de energía. «Si nos toca sacar 400 megas de Yacyretá, sacamos 300 y los otros 100 se los mandamos a Uruguay, ¿cuál es?». Los argentinos se trancaron con eso, que no y que no. De todas formas, lo que ella prefiere es mandar de Acaray, porque es energía 100% paraguaya. «Cuestión de soberanía», aduce.
Es que la interconexión del fluído de Acaray con el sistema eléctrico argentino -para seguir camino a Uruguay- será precisamente en Yacyretá. En esas condiciones, «¿cómo podemos saber que la corriente enviada a Uruguay no es 50% nuestra?», recelaban.
Lo que finalmente rindió la resistencia argentina fue la «Telemedición» que Paraguay propuso instalar, un sistema que permite monitorear la producción de Yacyretá en tiempo real. De esta manera, los suspicaces veedores argentinos podrán deducir con precisión una eventual «mejicaneada» por parte de su socio Paraguay.
En marzo, a más tardar, el acuerdo estará firmado. Y Uruguay pasará a tener un respaldo energético potencial de 200 megavatios hora adicionales, a un precio bastante inferior al que le paga a Argentina, así como al costo de producirlos en las centrales térmicas propias.
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Para el gobierno actuar, la producción debe ser totalmente privada, y para el entrante, es un "error" que el Estado no participe de las ganancias de este negocio potencialmente multimillonario.
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