Red Bull y una temporada dominante de punta a punta
Si un equipo logra 12 victorias en 19 grandes premios, si su piloto estrella consigue adueñarse del campeonato (por segundo año consecutivo) con varias fechas de anticipación y si la propia escudería se adjudica el certamen de constructores también en forma anticipada y cierra la disputa de la temporada con un contundente 1-2, ¿qué más puede pedirse?
Este es un breve resumen del saldo que ha dejado esta nueva edición del Campeonato Mundial de Fórmula 1, en la que Sebastian Vettel apabulló a sus rivales desde el comienzo mismo de la temporada, con seis triunfos en las ocho primeras fechas, acompañados por dos segundos puestos en los otros dos grandes premios.
Ahí prácticamente se terminaba la disputa real del campeonato.
Los motivos para ello sobraban, daban de lleno en la cara de propios y extraños.
El joven piloto alemán dominaba casi que a su antojo el desarrollo del campeonato, con excepcionales actuaciones y con un apabullante dominio que cuando ni siquiera se había cumplido la primera mitad de la temporada ya permitía vaticinar prácticamente sin margen para la duda ni para el error, que la corona mundial 2011 ya tenía dueño en forma más que anticipada.
Poco, muy poco quedaba para sus rivales.
Los bólidos del equipo McLaren trataban de plantearse como los más firmes oponentes a los ímpetus de Vettel.
Incluso Lewis Hamilton y Jenson Button eran los únicos que habían podido subirse al escalón más alto del podio en dos grandes premios (China y Canadá, respectivamente), cortando así el dominio del veloz y exitoso germano.
Pero Vettel estaba empecinado en mantener su dominio y pelear a fondo por el título.
Australia, Malasia, Turquía, España, Mónaco, Europa, Bélgica, Italia, Singapur, Corea del Sur e India fueron las competencias en la que el bicampeón del mundo se trepó a lo más alto del podio, en forma casi inclemente para sus rivales.
El único gran premio en el que no sumó puntos fue el de Abu Dhabi, cuando ya había obtenido el certamen mundial anticipadamente y, fuera de eso, su peor posición final del año fue el cuarto puesto logrado en el Gran Premio de Alemania.
Ni siquiera su propio compañero de equipo, Mark Webber, fue capaz de seguirle el ritmo.
El australiano pudo obtener su única victoria del año en la última carrera del calendario, que fue el Gran Premio de Brasil disputado el domingo próximo pasado.
Y eso ocurrió porque Vettel «sufrió» un problema con la caja de cambios de su auto casi promediando la carrera, lo que posibilitó que Webber lo adelantara para obtener de esa manera su primer y único triunfo del año. Un triunfo que incluso podría permitirle al australiano conseguir el segundo puesto del campeonato mundial por detrás de Vettel, pero que finalmente no se dio, porque Button pudo mantener la posición de escolta al finalizar tercero el gran premio.
Los dos pilotos de McLaren fueron los que se repartieron la mayoría de los grandes premios en los que los Red Bull no prevalecieron.
Tanto Hamilton como Button ganaron tres fechas cada uno.
Hamilton venció en China, Alemania y Abu Dhabi. Button ganó en Canadá, Hungría y Japón.
Button fue vice campeón del mundo, mientras que Hamilton terminó en el quinto lugar del certamen.
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