Dinkie, formidable pingo, dejó un recuerdo imborrable
Fue uno de los grandes protagonistas que tuvo nuestro turf a principios de los años 50, pero también fue uno de esos caballos a los cuales la suerte casi nunca acompañó, hasta que una tarde de dolor inenarrable, el 1º de marzo de 1954, cayó para siempre en el escenario pedrense al quebrarse la mano derecha en plena carrera, cuando solo restaban ciento cincuenta metros para el disco y ya ganaba holgadamente el Gran Premio «Dr. Urbano de Iriondo». «Diríase que se embriagaba en la fantástica orgía del frenético galopar de sus remos», de esa forma definía un cronista de aquellos años al noble e inolvidable Dinkie, un pingazo que parecía salido de alguna leyenda árabe. Alazán tirando a tostado, de cabeza distinguida y hermosa estampa, nació en Argentina en las praderas del haras «El Moro», allá por 1947, y debutó en Maroñas el 19 de febrero de 1950, ganando por un campo en 1’37»2/5 para recorrer la milla. De ahí en más, fue un constante animador de todos los clásicos maroñenses, empleando siempre «la misma receta»: salía a todo vapor en la vanguardia sin dar ni pedir tregua y el que se animaba a seguirlo quedaba invariablemente por el camino. Pero esa manera de emplearse tan generosa casi suicida le costó más de una derrota injusta y aunque parezca increíble recién a los siete años pudo obtener su primer lauro clásico (Gran Premio Consejo Nacional de Gobierno, el 19 de julio de 1953).
Es que Dinkie era así, sin agregarle ni un punto ni una coma. Cuando arrancaba a correr era imposible contrariarlo y no concebía además «otro Dinkie». Por eso decimos que parecía un caballo de leyenda.
En la Copa de Oro de 1951 se clasificó tercero de Negrete y Brevet en el tiempo récord de 3’38»4/5 los 3.500 metros, tras accionar en la delantera los primeros tres kilómetros con estos increíbles parciales: 1.000 en 1’0»3/5, 1.500 1’31», 2.000 en 2’2»1/5, 2.300 2’20»3/5, 2.500 2’33» y 3.000 3’5».
En el Gran Premio Municipal de 1952 le ganó Cartago por medio pescuezo en 3’5», luego de que Dinkie «liquidara» en los tramos iniciales las pretensiones de Cuatrero y Negrete. En el Ramírez de 1953 le dio alcance Pampita en los 200 finales y lo batió en forma por demás injusta en 3’4»3/5. El hijo de Diadoque, peleando esa tarde con cuanto rival se le puso al costado, había pasado los primeros 2.000 en nada menos que 2’1».
Hasta que el 19 de julio de ese año logró por fin su primer éxito clásico, cuando ya tenía siete años. Realmente de Ripley…
Fue a los 2.500 metros del Gran Premio Consejo Nacional de Gobierno y Patotero, Newbery y Mundo, únicos rivales que le salieron al cruce, parecieron esa tarde caballos de calesita. El notable alazán volador les ganó por treinta metros en 2’35»1/5 (Primeros 2300 en 2’22’).
En el Ramírez de 1954 se clasificó tercero de Aurreko y Euforión, a solo tres cuerpos en el tiempo récord de 3’3» y en ese fantástico registro cronográfico ¡vaya si habrá tenido que ver Dinkie!, que generoso como siempre punteó a gran tren, recorriendo los primeros 2.500 en 2’34».
Hasta que el 1º de marzo de ese año, llegó el final…
Fue una jornada aciaga y quienes concurrimos esa tarde al hipódromo de los eucaliptus salimos con un nudo en la garganta.
Hacía días que en los corrillos maroñenses era vox pópuli que Dinkie andaba con una mano en el aire y su aunciada participación en el Iriondo pedrense era sin duda una temeridad.
Y desgraciadamente así fue. «El vuelo» del alazán, triunfal, pero sin el lujo de otras tardes, terminó abruptamente cien metros antes del disco, cuando al quebrarse la mano lesionada, rodó espectacularmente y detrás suyo fue el aquelarre…
Uno a uno fueron cayendo, primero Brevet, luego Atta Boy, Pretor y Centello, en una especie de serial apocalíptica verdaderamente imborrable.
El saldo fue trágico. Dinkie, Brevet y Pretor debieron ser sacrificados y el jockey Heber Castro (el mejor, según Maldotti), que dirigía a Brevet, sufrió serias lesiones que le demandaron una larga convalecencia.
Es cierto que nadie es dueño de su destino, pero un pingo tan generoso y noble como Dinkie hubiera merecido tener otro fin. Por ello el 1º de marzo de 1954, entró en la historia como un día negro del turf nacional. En «la ficha técnica», algunas de las proezas del alazán volador, ganadas y perdidas, porque Dinkie siempre dio espectáculo.
Gran Premio Municipal 3/3/952 – 3.000 metros
1º Cartago 61 Gualberto Pérez
2º Dinkie 61 Eriberto Sosa
3º Cuatrero 60 Alejandro López
4º Negrete 60 Mario Ligugnana
5º Eglantine 59 Gregorio Riboira
0 Buen Tiempo 55 Tolentino Espino (abandonó en los 400).
Ganada por 1/2 pescuezo, el 3º a 1 cpo. 1/2, el 4o a 1cpo. en 3’5» para los 3.000 metros.
Gran Premio José Pedro Ramírez.
3.000 metros. 6/1/953
1a. Pampita 52 Amancio Delfín Falcón 38.40 y 7.10
2º Dinkie 60 Mario Ligugnana 6.00
3ª Cayena 52 Gregorio Riboira 11.30
4º L’Aimant 60 Aurelio César García
5ª Inah 60 Tolentino Espino
«Fuera de las chapas»: Mundo, Liberty, Folletín, Baltimore, Lord Antibes, Newbery, Soliloquio, Paraná y Fougére.
Ganada por 1 cpo. 1/4, la 3ª a 3/4 de cpo, la 4ª a 1/4 cpo. en 3’4»3/5 para los 3.000 metros.
Gran Premio Consejo Nacional de
Gobierno. 2500 metros. 19/7/53.
1o. Dinkie 61 Mario Ligugnana 3.80
2o. Patotero 60 Aurelio César García
3o. Newbery 60 Tolentino Espino
Ult. Mundo 60 Camilo Martínez
Ganada varios cuerpos, el 3o a 2 cpos, en 2’35»1/5 para los 2.500 metros.
Dinkie por Diadoque y Demasía, defendía los colores del stud RPG y estaba al cuidado de Félix Amado Gómez (El Artista).
Gran Premio José Pedro Ramírez
3.000 metros – 1071/954
1º Aurreko 54 Gualberto Pérez 9.10 4.30
2º Euforión 54 Mario Ligugnana 3.20
3º Dinkie 61 Tolentino Espino 4.00
4º Paco 54 Aurelio César García
5º Chantey 60 Óscar Nardi
«Fuera de las chapas»: Bacanazo, Mundo, Patotero, Bantam, Santa Lucía, Fox Cacho, Pour Epater, Romantic, Urano y Gatillo.
Ganada por 1/2 cpo, el 3º a 3 cpos. el 4º a 1 cpo. en 3’3» para los 3.000 m. (récord), por siempre; ahora el tiro más extenso es 2.800 metros
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