Ni ricos, ni famosos

Tabárez necesitaba del aporte de tres futbolistas para poder completar dos equipos y hacer fútbol. Es por eso que Óscar Gallo, un zaguero de 29 años, Mauricio Acosta, defensa de 23, y Diego Vitabar, delantero de 24 años, acuden al Complejo Celeste a darle una mano al maestro.

Los tres están desocupados ya que a mediados de año no consiguieron club. Acosta volvió del fútbol amateur de Alemania hace unos meses; Gallo estaba ganándose el pan en el fútbol del Interior y Vitabar quedó libre de Uruguay Montevideo. «Por más que vengas a dar una mano, a completar, estás al lado de todos los que ves por la tele y es como un sueño», dice Vitabar. «Las tres horas que estás entrenando junto a ellos, vivís el momento como si fueras uno más. Después volvés a la realidad, pero ese momento no te lo quita nadie».

Mientras charlamos con estos tres laburantes del fútbol, los ricos y famosos se van retirando del Complejo en sus autos último modelo, vistiendo prendas con etiquetas italianas, firmando autógrafos, rodeados de micrófonos y cámaras. Estos tres desocupados andan a pata y los vienen a levantar en un auto de chapa despintada; nadie les pide autógrafos, a las radios y la TV no les interesa enfocarlos. «Eso es lo lindo que tiene el fútbol ­reflexiona Óscar Gallo­, que te brinda la posibilidad de poder codearte con esta gente que, si vos mirás para la puerta del Complejo , ves toda esa gente que tiene ganas de estar acá y no puede, y nosotros almorzamos con ellos. Es un privilegio que, te digo más, no lo tienen ni los jugadores de Peñarol o Nacional».

No son ricos y famosos como los de la Selección, y lejos de sentir envidia por ellos, disfrutan esas horas en las que conviven con los ídolos celestes. Mauricio Acosta nos recuerda que «ya había estado entrenando antes del Mundial, un mes con ellos y me trataron como a uno más. Y en Alemania fui a verlos cuando jugaron el amistoso; estuve con ellos en el hotel». Y Gallo, que también entrenó con ellos antes del Mundial, bromea: «gracias a nuestro aporte les fue como les fue en Sudáfrica… ¡Se ve que les enseñamos bien!» (se ríe).

«Esta posibilidad es algo impresionante» ­dice Gallo­; yo he charlado con la gente del cuerpo técnico, con los de la utilería, que nos han tratado como a uno más del plantel, y les decía que aquí se juntan los dos polos del fútbol uruguayo; es algo hasta contradictorio, porque están los jugadores de élite que juegan en las grandes ligas y tienen ingresos muy buenos, y los que no tenemos cuadro, no tenemos ni ingresos y la estamos remando».

 

¿Dónde jugaron?

Óscar Gallo es zaguero y la mayor parte de su carrera la hizo en Central. Además jugó en Dep. Maldonado, Paysandú FC, Sud América, Durazno y Licata de Italia, y estuvo en una Sub 20. Su última actividad fue en un club de Maldonado.

Mauricio Acosta juega en todos los puestos de la línea de cuatro y hasta de volante central. Su currículum incluye a La Luz, El Tanque y FC Singen 04 (amateur) de Alemania.

Diego Vitabar es enganche o punta e hizo las inferiores en Nacional pero apareció en Primera jugando en Sud América. Luego estuvo un año en Cartaginés de Costa Rica, volvió y jugó en River (2008-09), Rampla (2009-10) y Uruguay Montevideo. Están esperando que les aparezca un trabajo, por eso, al despedirnos de ellos intentamos darles ánimo con un «Vamo’ arriba, muchachos, sigan metiendo que algo va a salir», a lo que Óscar Gallo respondió: «es así, hay que seguir peleando¿ gracias a esa perseverancia que tenemos es que nos encontramos acá, aprovechando esta oportunidad única, este privilegio».

 

«ES COMO UN SUEÑO»

Diego Vitabar: «Por más que vengas a dar una mano, a completar, estás al lado de todos los que ves por la tele y es como un sueño. Las tres horas que estás entrenando junto a ellos, vivís el momento como si fueras uno más. Después volvés a la realidad».

 

Mauricio Acosta: «En la preparación para el Mundial compartí un mes con ellos y fue un momento inolvidable, me trataron como a un compañero más».