Primer club criollo de América
En la casa del doctor Ernesto Caprario el 14 de mayo de 1899 socios, jugadores y dirigentes de los clubes Uruguay y Montevideo decidieron reunirse para fusionar ambas instituciones, dando origen al Club Nacional de Football.
Fue el primer club genuinamente criollo de América Latina. Por esta razón esencial se le puso, a propuesta mía, aceptada por unanimidad, el nombre que lleva y por la misma razón se adoptaron para sus colores también a propuesta mía los colores de la bandera de Artigas?, expresó en esos momentos Ernesto Caprario respecto al origen del club nacido como respuesta al dominio que ostentaban los ingleses en el incipiente balompié
oriental. La histórica asamblea fue presidida por Pedro Manini Ríos y en esa instancia se eligieron las futuras autoridades de la nueva institución y el capitán del Club.
La rica historia de Nacio-nal encuentra en tres oportunidades, investido como presidente, a Domingo Prat, el capitán electo en la primera reunión. La Comisión Directiva del nuevo club se completó con Melitón Romero como secretario; Ernesto Caprario como tesorero, desempeñándose como vocales quienes ya lo hacían en los clubes que se fusionaban.
Su primera cancha fue en Punta de las Carretas, donde disputó el primer partido amistoso el 18 de junio de 1899 contra el club Internacional. En 1900 se creó The Uruguay Association Football League y Nacional recibió en usufructo el Gran Parque Central.
Un año después, en el amanecer del siglo XX, la League aceptó la incorporación de Nacional para disputar la Primera Copa Uruguaya, justo en momentos en los que el club era invitado a integrarse a la liga Argentina.
Las simpatías populares se intensificaron desde el nacimiento de Nacional en cuna de pobreza franciscana porque estuvo identificado con la nacionalidad de un pueblo en gestación: rebelde y revoltoso, libertario y peleador, criollo y orgulloso. Es un tiempo en el cual se busca el predominio del derecho.? En su primer torneo oficial de 1901 Nacional fue vicecam-peón, resaltando la incorporación de los hermanos Céspedes al club. En marzo de 1902 el equipo cambió su casaca por la blanca, con el bolsillo sobre el corazón cubierto por un escudo tricolor; el bautismo no pudo ser mejor: Nacional fue Campeón Uruguayo en forma invicta.
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