A 100 años del nacimiento de Obdulio Varela

 

Obdulio fue una de las figuras más importantes en la conquista del Mundial de 1950, en Brasil. La gesta de Maracaná para la selección uruguaya de fútbol, lo tuvo como líder indiscutible. Un volante central regido por el respeto y los valores, tal es así que mientras gran parte de Brasil lamentaba la caída, en vez de festejar, se fue a un bar a hogar las penas con hinchas de la verde amarelha.

El “negro jefe” se crío en una familia pobre, trabajadora y numerosa, y optó por llevar el apellido de su madre Juana Varela.

En el transcurso de su vida trabajó como cuidacoches, vendedor a domicilio, cadete en una lavandería, lustrabotas, peón y albañil en la construcción. Y en los ratos libres jugaba a la pelota.

En 1936 debutó en Deportivo Juventud. En 1938 pasó a Wanderers, y seguía trabajando, en ese entonces como portero.

Un 29 de enero de 1939 vistió la celeste por primera vez, con 21 años. Fue en un partido por Copa América, en Lima, y ganó Uruguay 3-2 contra Chile. Obdulio ingresó en lugar de Abdón Reyes, en el segundo tiempo. En esta Copa, Varela fue suplente.

En tanto que en la Copa América de 1941, en Santiago, ya se había ganado la titularidad. Y en 1942 pudo conquistar el título, en Montevideo. En esa Copa, la celeste fue campeona con puntaje perfecto ganándole el último partido a Argentina, y el Negro Jefe jugó los seis partidos.

En 1943 pasó a Peñarol y se quedó 12 años en la institución, hasta su retiro en 1955. Con los carboneros fue seis veces campeón uruguayo.

Un 29 de enero de 1946 se casó con Catalina Keppel, su compañera de toda la vida, y dos años más tarde encabezó la huelga que tuvo parado al fútbol uruguayo desde octubre de 1948 hasta mayo de 1949. Durante la huelga volvió a trabajar como peón albañil y rechazó sobornos de directivos para levantar la medida.

Fue capitán y encabezó la delegación celeste que disputó el Mundial de 1950, en Brasil.

Antes de jugar la final, con el estadio de Maracaná con 200 mil espectadores, le dijo a sus compañeros: “No piensen en toda esa gente, no miren para arriba, el partido se juega abajo, y si ganamos no va a pasar nada, nunca pasa nada”. “Los de afuera son de palo. Estos partidos se ganan con los huevos en la punta de los botines”.

El partido terminó 2-1 a favor de Uruguay y en vez de quedarse a festejar con sus compañeros, optó por recorrer bares de Río de Janeiro y vivir de cerca lo que estaban pasando los brasileños.

En una entrevista que dio en 1992 se refirió a esa hazaña y expresó: “Lo de Maracaná nos sigue haciendo mal”. “Fue un triunfo que nadie lo esperaba. El deporte va cambiando año a año y se va perdiendo el amor por la defensa de los colores. Nos quedamos pensando mucho en el pasado y es una lástima”.

Obdulio vistió la camiseta celeste 45 veces y marcó nueve goles. En 1996 murió su compañera, Catalina. Seis meses más tarde, un 2 de agosto de 1996, falleció el gran capitán, en el barrio Villa Española.