El Napoli de Gargano y Cavani marchó en la Champions, a manos de Chelsea
Para Chelsea anotaron el marfileño Didier Drogba (28), el capitán John Terry (47), Frank Lampard (75) de penal, y el serbio Branislav Ivanovic (105). El descuento para los italianos lo logró el suizo Gokhan Inler (55).
Roberto Di Matteo, técnico del Chelsea, no podía creer lo ocurrido. «Es una noche histórica, logramos remontar el resultado de la ida gracias a un gran partido de nuestro equipo», destacó.
Su colega Walter Mazzarri, replicó: «desde el comienzo comprendimos que iba a ser duro. Empezamos bien, perdimos ocasiones (…) Ellos aprovecharon sobre todo los tiros libres».
Como era de esperar, los ‘Blues’ salieron a atacar para descontar la desventaja de la ida. A los 5 minutos, el marfileño Didier Drogba pasó muy bien el balón a Daniel Sturridge, pero el disparo de éste encontró a un atento Morgan De Sanctis bajo los tres palos de los visitantes.
De a poco, el dominio local se fue diluyendo y, al contragolpe los napolitanos armaron jugadas peligrosas, pero ni el uruguayo Edinson Cavani, ni el argentino Ezequiel Lavezzi y el eslovaco Marek Hamsik estuvieron finos en la definición, perdiendo ocasiones claras de gol, en particular el internacional celeste, que cruzó demasiado un par de balones con el arquero Petr Cech prácticamente vencido.
Al ‘tridente’ se añadió el colombiano Juan Zúñiga, quien también lanzó por arriba del travesaño un disparo de derecha que pedía ir a la red.
En este contexto, con cierto dominio peninsular en Stamford Bridge, a los 28 minutos en un ataque por la banda izquierda, el brasileño Ramires levantó un centro que Drogba, quien prácticamente había desaparecido, cabeceó ‘en palomita’ contra el palo derecho de De Sanctis, que nada pudo hacer (1-0).
A partir de ese momento, los anfitriones ofendieron más y el ghanés Michael Essien, en particular, perdió una ocasión clara para anotar desde afuera del área (40). El trámite del encuentro era parejo, por momentos vibrante, a esta altura con una ligera ventaja para los anfitriones con el marcador a su favor, hacían zozobrar la zaga de los de Mazzarri, incluso al español Juan Mata se le anuló un gol por fuera de juego.
A la vuelta de los vestuarios, apenas con dos minutos jugados, el argentino Hugo Campagnaro envió una pelota al córner sin necesidad, pues podía haberla despejado. Tras la ejecución el capitán John Terry cabeceó el balón cruzado e inatajable, también contra el palo derecho, para hacer subir el 2-0.
Pero, el Nápoles no se amilanaba y buscaba la valla ‘blue’, las acciones eran por momentos emocionantes, pero en el 53 Lavezzi lanzó a las nubes un disparo bien aspectado. Pero la locura para los hinchas italianos presentes en Londres llegó en el 55 cuando el suizo Gokhan Inler, tras varios rebotes paró el balón con el pecho afuera del área y con clase y ganas ejecutó a Cech ajustándolo más bien bajo contra el palo derecho (2-1).
A partir de este momento, cada pelota se disputaba a muerte, así como se multiplicaban las faltas, sobre todo cometidas por los jugadores de Roberto Di Matteo.
De Sanctis estuvo espectacular sacando remates del defensa serbio Branislav Ivanovic y de Drogba a bocajarro (65). En el 71, Cavani le dio un pase de taquito a Zúñiga, que tras driblear a su marcador pateó al arco, pero fue Lavezzi quien despejo para Chelsea.
Y, en el 75, sin mayores merecimientos a esa altura, Frank Lampard ejecutó un penal tras un mano de Andrea Dossena en el área. La eliminatoria quedaba igualada.
A poco de empezar la prolongación, el árbitro anuló un gol al ‘Matador’ Cavani por fuera de juego. El español Fernando Torres, ingresado sobre el final, también desperdició una ocasión clara.
En el minuto 106, una buena jugada por la derecha del ataque anfitrión hizo que el balón llegara a Drogba, quien hizo un lujo para habilitar a Ivanovic, quien batió a De Sanctis (4-1).
El chileno Eduardo Vargas reemplazó en la zaga italiana a Salvatore Aronica, quien se había desempeñado muy bien en su trabajo defensivo.
Nápoles iba a por todas, Chelsea contragolpeaba. El árbitro alemán Felix Brych se mostraba muy indulgente con los ingleses y bastante menos con los italianos.
Drogba se perdería una clara ocasión sobre el final, pero ya estaba todo decidido.
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