Peñarol se metió en la Fase de Grupos
La noche invitaba para arrimar leña a la parrilla, tirar algunas tiras de carne, enfríar la cerveza y disfrutar de un partido de Copa Libertadores sin nervios. Es que el 4-0 cosechado en casa no dejó dudas: Peñarol fue tranquilo a Caracas, Gregorio Pérez no escatimó y al igual que los hinchas, puso toda la carne en el asador para sentenciar rápido la historia y evitar una hazaña que sólo creía posible algún fanático venezolano que pobló el Olímpico.
En la tribuna hubo mucha pasión: serpentina, fuegos y cantos. Pero la pimienta la puso la visita: con Estoyanoff encendido, Mora activo, Aguiar conductor y Zalayeta de pívot, la versión Gregorio tuvo mucho de la fantástica campaña de Aguirre: firmeza defensiva, inteligencia en el mediocampo y abundancia ofensiva. Así maniató a un Caracas que fue pura ganas y vergüenza.
Los aurinegros se desplegaron con inteligencia en la cancha y dispusieron a su antojo de la opción del contragolpe ante un equipo que se mostró pródigo en el esfuerzo pero sin demasiada profundidad. Eso sí: siguen mostrando un defecto que debe corregirse pronto: el juego áreo. Por esa vía la zaga carbonera sufrió. Carini debió revolcarse más de la cuenta, algún defensa sacó bolas en la línea tras cabezazos y el gol de la honra llegó también por esa vía. Mismo canal de llegada que articuló Nacional para ganarle el clásico por la Copa Antel.
“Estamos muy felices”
«Queríamos avanzar, lo conseguimos y estamos muy felices», comentó Estoyanoff al término del partido. «Viene una fase muy complicada ahora pero tenemos un buen equipo», confió sobre sus próximos compromisos en el Grupo 8 en el que enfrentará a Universidad de Chile, Godoy Cruz de Argentina y Atlético Nacional de Colombia.
Una de las situaciones de más peligro contra Peñarol llegó a los 63 minutos cuando Guerra disparó con fuerza un tiro que finalmente se desvió, mientras las fallas en el ataque caraqueño llevaron al cambio del delantero Uribe por Luis Angelo Peña avanzado el segundo tiempo. Un buen intento de Amaral a los 71 minutos puso a prueba la reacción de Carini, aunque a esa altura el partido parecía sentenciado en favor de los uruguayos pese a los intentos de los caraqueños por marcar a último minuto en un encuentro que estuvo a punto de ser suspendido cuando un objeto fue lanzado a la cancha desde el público.
La insistencia del local tuvo su recompensa a los 78 minutos cuando un cabezazo de José Peraza logró quebrar la resistencia de Carini. La actuación más destacada del Caracas en Libertadores fue en 2009, cuando fue eliminado por Gremio de Brasil en cuartos de final.
Por su parte Peñarol, que busca renovar la ilusión de su hinchada que aún recuerda con frustración la caída en la final de la Copa del año pasado cuando tras una sorpresiva campaña fue opacado por el Santos Neymar. Pero el plan revancha está en marcha. Y la venganza será terrible. Apronten la fiesta, que el carbonero está en la Copa.
Compartí tu opinión con toda la comunidad