Gallardo se mostró seguro y tranquilo tras la victoria
Cumplió 36 años el miércoles, edad con la que podría -sí el físico lo acompañara- continuar con su aventura dentro del césped, desparramando fútbol como su currículo lo marca. Pero hace algo más de seis meses decidió bajar el telón, colgar los botines y acomodarse del otro lado de la línea de cal. Sitio en el que ha demostrado que no se necesita de años para dominar un plantel tan exigente como el de un equipo grande. Se requiere sabiduría. La prueba está a la orden del día: logró revertir un panorama nefasto y se llevó el título del Apertura y lo mejor: sus pupilos hablan maravillas de él y de la unidad que logró conformar en un plantel mixto entre pibes y veteranos.
Una prueba de su personalidad y de la manera que tiene de manejar el plantel fue exhibida en cámaras durante el clásico que Nacional derrotó a Peñarol. Todos aquellos que observaban la transmisión por televisión pudieron presenciar una acción del Muñeco que debe tener pocos antecedentes: Gallardo decidió poner a Renato César en el entretiempo en lugar de Boghossian. La idea era clara: dotar de velocidad al ataque para explotar las bandas. El pibe ofreció un rendimiento regular pero no pudo desnivelar y encima, Nacional se quedó con un hombre menos por la roja a Calzada. Entonces, el entrenador decidió apostar fuerte al contragolpe y por ello creyó que el intérprete ideal era Gonzalo Bueno. Y lo mando a la cancha en lugar de César, quien había ingresado hace 38 minutos. El delantero saliente se ofuscó y comenzó su carrera hacía el túnel con la cabeza gacha y sin intención de saludar a quien entraba. Entonces ahí llegó el rezongo: «Renato, saluda a tu compañero».
El grito del Muñeco, con voz gruesa y seria, bastó para acomodar al chico de Maldonado, quien cambió su dirección, saludó a Bueno y siguió hacia el banco antes de cruzarse con Gallardo quien le extendió el brazo. La acción es nimia, pero marca la manera de trabajar del argentino. Un detalle que marca la diferencia y que contribuye a conformar un grupo saludable y sin fisuras más allá de la adrenalina que un jugador experimenta en un partido. Más sí se trata de un clásico.
Gallardo en conferencia
Ya era viernes 20 de enero cuando el entrenador tricolor bajó a brindar la conferencia de prensa. Lucía conforme pero con cautela. Lo mismo que mostraron los jugadores tras el pitazo final de Vázquez. Apenas un saludo en la mitad de la cancha, un mínima ofrenda a la hincha y rápido al vestuario. «Hay que seguir trabajando y corrigiendo. Sigue siendo importante lo sicológico. En esta etapa es para valorar. A veces se le atribuye mucha importancia a los partidos de verano», comentó el DT. «Sirven para mejorar. No son fáciles de jugar estos clásicos porque son muy hablados. No critiqué a nadie en particular. Se malinterpretó. Conceptualmente, dije esto, con el mayor de los respetos», agregó el Muñeco en conferencia según transcribe Tenfield.
Consultado sobre el rendimiento del Chino, a quién arriesgó poniéndolo desde el arranque, dijo: «El presente del Chino nos pone muy contentos por el gran esfuerzo que hizo en el semestre anterior. Lo vamos llevando. Su confianza aumentó muchísimo. Es clave en nuestro funcionamiento». También hubo una mención especial para una de las figuras de la noche. «Es importante y necesitado por él también, sabiendo que en este momento tiene su gran oportunidad. Lo esperó por mucho tiempo. Después del error en el gol del clásico pasado, mostró su fortaleza anímica y seguimos creyendo que es un arquero que nos puede dar satisfacciones». La referencia del caso fue para Burián, quien, sin dudas, será el 1 tricolor toda la temporada.
Compartí tu opinión con toda la comunidad