El cuarto de Leo: un recorrido por complejos mundos interiores
Por cierto, no es el único experimento audiovisual que Buchichio, egresado de la Escuela de Cine del Uruguay, ha realizado en su breve pero fermental trayectoria.
Ya con los cortos «En la plaza» (2004) y «Noche fría» (2007), el cineasta compatriota había demostrado buen pulso para narrar «historias mínimas» y esta opera prima no hace otra cosa que confirmar ese manejo sutil y mesurado, incluso en temas espinosos como el que presenta en esta oportunidad.
El cuarto en cuestión absolutamente desordenado y en permanente arreglo bien puede funcionar como metáfora del estado anímico de su habitante, un joven en complejo proceso de búsqueda sobre su orientación sexual. Esto, apenas, es un detalle menor que suma a una serie de aciertos en el tratamiento de un tópico que podría haberse desbarrancado desde el principio. Sin embargo, Buchichio elige el camino de la sencillez narrativa -algo que se dice fácil pero puede resultar lo más complicado de construir- para trazar este periplo intimista donde se entrecruzan otros destinos (una ex compañera de la escuela, su madre, entre otros personajes) en un sensible entramado de emociones contenidas. Esa contención disciplinada predomina en el relato como una caligrafía jerarquizada por la moderación que se aleja de cualquier estridencia o golpe bajo para redondear un quiebre existencial con digna sobriedad. Es precisamente esta continentación, que apenas se desborda en situaciones clímax, lo que constituye un claro ejemplo de inteligencia narrativa para contar sucesos que pueden desacomodar a más de un espectador.
El abordaje de estos sentimientos encontrados (o traumas) que colisionan en el alma del protagonista, se sugieren en intermitencias que la cámara atenta recoge con oficio y la calidad que bien podría ostentar un realizador veterano con varias películas en su haber.
No resulta casual que en la etapa de pre producción, el guión del filme fuera seleccionado para el Talent Campus Buenos Aires además del espacio de Cine en Construcción de Toulouse. Es que, a pesar de su «corta edad», esta habitación de celuloide ya ha obtenido una mención al libreto, otorgada por la Asociación de Guionistas Vascos en el Séptimo Festival de Bilbao (España) y el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Turín, Italia. Esta exploración personal, de la que el director nos hace partícipes, es otra buena y bienvenida oportunidad para volver a paladear cine nacional del bueno. Disfrutable en la inmensidad de su simpleza, «El cuarto de Leo» pasa a conformar otra interesante luminosidad dentro de este inexplicable y bienvenido fenómeno que se denomina cinematografía uruguaya. Pasen y vean.
«El cuarto de Leo» (Uruguay; 2009) Guión y dirección: Enrique Buchichio. Producción: La Vorágine Films ; Co-producción: Natacha López yJorge Rocca. Fotografía: Pedro Luque; Edición: Guillermo Casanova y Julián Goyoaga; Dirección artística: Paula Villalba; Música: Sebastián Kramer; Sonido: Fabián Oliver, Guido Beremlum y Álvaro Rivero. Con Martín Rodríguez, Cecilia Cósero, Gerardo Begérez, Mirella Pascual, Rafael Soliwoda, Carolina Alarcón, Leonor Svarcas, Sylvia Murninkas, César Troncoso y Arturo Goetz como protagonistas.
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