Se cumplen hoy cien años del nacimiento de Líber Falco
Líber Falco nació en Montevideo el 4 de octubre 1906. Hijo de un peón de panadería, en su juventud intentó distintas ocupaciones: peluquero, «corredor», vendedor de pan, empleado de imprenta, y luego corrector de pruebas de diarios y libros. Se casó a los 29 años y no tuvo hijos.
Con escrupuloso cuidado, del que dan testimonio sus múltiples borradores, escribió muchos de sus poemas en un altillo de Herrero y Espinosa, acompañado apenas por dos sillas, la mesa y una estantería con libros. Se interesó por Dostoiewsky y Tolstoi, también por Roman Rolland y sus textos trasuntan un celoso recorrido por buena parte de la poesía latinoamericana, en especial la del último César Vallejo. Una práctica que dio a su vida un inconfundible paisaje cotidiano fue la «barra» bohemia que integró junto a sus amigos -Domingo Bordoli, Mario Arregui, Carlos Denis Molina y Pedro Picato, entre otros- a la cual solían sumarse jóvenes ávidos de literatura y trasnoche, en la ronda por los cafés de la ciudad. Considerado como un integrante pleno de la llamada «Generación del Centenario», a pesar de que la edición de sus textos llega con los años 40, muere en 1955 a los 49 años.
Más allá de dirigir Banderín, una revista que sólo dio a luz cinco números entre 1937 y 1938 y de su participación, años después, en Asir y otras publicaciones literarias, Líber Falco dejó una obra que se condensa en tres libros capitales: Cometas sobre los muros (Montevideo: Imprenta Stella, 1940), Equis andacalles (Montevideo: s/e, 1942) y Días y noches (Montevideo: Imprenta Herculina,1946), reunidos luego bajo el título de Tiempo y tiempo (Montevideo: Asir, 1956 y Montevideo: Banda Oriental 13ª ed.,1994. *
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