Tiene la palabra
Carta abierta al presidente de la Mesa Coordinadora de Instituciones Sociales
Señor Director de LA REPUBLICA
Dr. Federico Fasano Mertens
* Por la presente hago llegar a usted el profundo malestar que causa la marginación de la que somos objeto los retirados policiales de Chuy.
El presupuesto de setiembre, que en Montevideo se hizo efectivo el día 7 de octubre, aquí en Chuy lo cobramos el día 13.
A quien corresponda: dichos haberes a pesar de la tecnología, ¿son enviados a lomo de mula, o alguien está lucrando?
El cambio prometido es extraordinario.
Señor presidente, agradeciendo la atención dispensada, quedo a sus gratas órdenes.
Atentamente
OFICIAL AYUDANTE RETIRADO – ORLANDO CARDOZO FERREIRA / C.I: 1.119.160-4
A la diputada Daniela Payssé
Señor Director de LA REPUBLICA
Dr. Federico Fasano Mertens
* Llegado que hubo a mis manos la copia de la versión taquigráfica del acta 2382 del 8 de setiembre de 2005 de la Cámara de Representantes, donde la Sra. Payssé pretende hacer un resumen historiativo o histórico de «Canciones para no dormir la siesta», he constatado imprecisiones posiblemente dirigidas a confundir la información de futuras generaciones lectoras de dichas actas.
Puede leerse «… este año se cumplen 30 años de la primera actuación de «Canciones para no dormir la siesta». El 19 de junio de 1975, en la sala del teatro El Galpón de la calle Mercedes -la sala vieja-, este grupo, de la mano de Nancy Guguich y Horacio Buscaglia junto con Gonzalo Moreira, Walter Venencio, Leticia Moreira, Jaime Roos y Jorge Galemire, presentaba por primera vez una propuesta para niños».
Bien. Hasta aquí ya hay por lo menos tres errores. La cantante Leticia Moreira, tenía por nombre artístico simplemente «Leticia» y ya era una artista muy reconocida por su trayectoria en «Discodromo Show». Posteriormente, al continuar su carrera en la televisión argentina, su nombre artístico se cambió a «Leticia Laurenz».
En cuanto al grupo fundacional que debutó el 19/06/75 no lo integraba Jorge Galemire. Lo integraba yo (Jorge Bonaldi) que siempre conservé mi puesto desde el primer al último día de existencia de «Canciones…». Jorge Galemire ingresó brevemente por recomendación de Jaime Roos (él lo confirmará) en razón de nuestro traslado a Madrid en setiembre de 1975. Jorge Galemire fue dado de baja casi de inmediato, por razones que desconocemos.
La explicación de la notoriedad que adquirió el espectáculo en el plano musical es muy simple. A partir de 1978/79 «Canciones para no dormir la siesta» estuvo integrado nada menos que por dos componentes de «Los que iban cantando» (Lazaroff-Bonaldi) y tres de «Rumbo» (Vicente-Ripa-Moreira), agrupaciones históricas dentro del proceso de nuestra canción popular, que nunca fueron de la mano de nadie, siempre supieron muy bien por qué se para uno encima de un escenario, y con los que, por omisión, evidentemente la Sra. Payssé no simpatiza. En lo que me es personal, accedí al grupo reclutado por Jaime Roos, con quien a la razón compartíamos trabajos en los grupos «Aguaragua» y «Patria Libre». Pero el verdadero impulso a la estética musical de «Canciones para no dormir la siesta» se lo dio un creador notable, apenas recordado en las consabidas repartijas de méritos: Walter Venencio.
En la exposición de la Sra. Payssé hay más imprecisiones y omisiones a las que no me referiré por falta de espacio.
Suplico públicamente a la Sra. Payssé y a los demás políticos profesionales, que se abstengan de historiar sobre materias que desconocen, como ser la música popular uruguaya, a la que jamás sustentaron y que por cierto ha escrito muchas más páginas de decencia civil que las que jamás escribirán los asalariados parlamentarios.
Es que, Sra. Payssé, se harta uno de tanto manoseo. Nuevamente fastidiado,
JORGE BONALDI
Cantante y compositor con 41 años de trabajo dentro de la música popular, co-fundador de «Canciones para no dormir la siesta» (1975), «Los que iban cantando» (1977), «Aguaragua» (1974) y «Patria Libre» (1972).
Carta abierta al pueblo uruguayo
Señor Director de LA REPUBLICA
Dr. Federico Fasano Mertens
* A través LA REPUBLICA digo: el enorme derecho a la reivindicación pública por la difamación, el atropello a mi libertad y humillación a la que me vi expuesto en Montevideo por el accionar mafioso y cobarde de gente del poder que no pudieron soportar el accionar de un hombre transparente y veraz como lo es Eduardo Sanguinetti quien como dijera Bernard Jones en el New York Times (1998): «La presencia de Eduardo Sanguinetti en el seno del pensamiento contemporáneo es trascendente: da que pensar. El discurso de este filósofo deviene preciso y contundente diciendo bien lo que quiere decir, produciendo verdad».
Mi gran problema hoy es: «La política de la verdad». Por varias razones. En primer lugar, porque el poder en Uruguay es lo que mejor se esconde, lo que desde el siglo XIX, llamamos «vida política» es el modo que tiene el poder de ofrecerse en representación. No es ahí ni así como funciona. Las relaciones de poder están tal vez entre lo más oculto del cuerpo socio-político y cultural de la Banda Oriental.
En segundo lugar, mi gran preocupación en lo que hace a la difamación de la que fui objeto deviene de una tendencia que se perpetúa o en el mejor de los casos se asoma en instancias puntuales al estilo de las aberrantes dictaduras en espejos cóncavos y convexos donde pareciera que nadie mira a quién… Una tenencia –y no nos engañemos– a la que siguen aferrados accionando con la más repugnante impunidad instituciones, familias con nombre y apellido (que conforman la neo y paleoburguesía uruguaya) sin ignorar a sus acólitos e informantes ocupando puestos en las diversas instituciones del poder.
¿Qué delitos pueden seguir perpetrándose en nombre del terror, el miedo y la discriminación en un país que toma contacto con una noticia lanzada desde la portada de un medio gráfico trascendente como es LA REPUBLICA y nadie levanta la voz ante esta instancia de horror propia de dictadura? ¿Por qué tanto miedo?
En la trastienda de todo lo acontecido algo oscuro permanece y origina un interrogante de enormes dimensiones creo que si se quiere vivir y hacer democracia: que no sea hecha por politicastros, que los medios de comunicación no se limiten al mero juego de las alusiones y que no dejen de investigar hasta llegar al núcleo de esta terrible madriguera en donde pretenden termine el repugnante hecho que atravesamos: el silencio.
¿Uruguay vive acaso el fin de la verdad en democracia?
Sueño con una Justicia uruguaya que actúe señalando e indicando las inercias del presente que utilice todas las herramientas con las que cuenta, sumado al coraje necesario e indispensable para que este ilícito no quede en una apelación al vacío. No lo ignoren, hay victimarios o verdugos, como prefieran; psicópatas autoritarios personeros del horror que circulan libremente por mi querida ciudad de Montevideo.
Sólo tenemos una vida por vivir, creo que debemos honrarla aquí ahora y por siempre anteponiendo la verdad y la transparencia a la contundencia de la mentira, la cobardía y la oscuridad.
Si no alcanzamos esta dignísima meta, estamos expuestos a transitar una existencia de simulación y farsa donde lo esencial no se ha dicho, donde lo esencial no se ha hecho, rotundamente no es mi ideal.
Que persista la memoria
EDUARDO SANGUINETTI – FILOSOFO
«El Corto» salido de tema
Señor Director de LA REPUBLICA
Dr. Federico Fasano Mertens
* El hecho de haber ayudado al «Corto» no me impide ni me autoriza a criticarle en lo que creo que no es humorístico o verdadero, pero sí me obliga a negarle totalmente que se ponga a tratar asuntos químicos-técnicos aunque esté asesorado por dos expertos reconocidos, de ahí los cargos que ocupan, como el arquitecto Arana y la agrónoma profesora de Geografía Alicia Torres ¡Por favor! Zapatero a tus zapatos.
Los que conocemos el asunto, al menos yo, me he retirado de la polémica después que intervinieron los argentinos que habían votado dos veces por Menem y no tienen autoridad moral para opinar.
Le pido a los «técnicos» mencionados que contesten si se usa soda cáustica, cloro o derivados y sulfuro de sodio y de dónde se obtienen tanto la soda como el cloro en el mencionado ultramoderno proceso del cual se sabe que es muy moderno pero muy secreto.
Finalmente les informo que aquí en Paysandú, hay dos ex obreros, hoy jubilados que por más de treinta años trabajaron exclusivamente con bicarbonato y creo que tienen mejor salud que la mía, pobre Dirox, la mafia que lo ha invadido.
LECTOR 4925 – C.I: 761.160-8
Diferencias entre bancarios públicos
Señor Director de LA REPUBLICA
Dr. Federico Fasano Mertens
* Mientras a los jubilados de la banca oficial se les aplica mensualmente un descuento (Ley 17.841), aquellos que están en actividad, no sólo pueden acrecentar sus ingresos haciendo horas extras (incluso trabajando de carteros, caso del BSE en el reparto de pólizas a clientes), sino que además reciben regalitos de los directorios, como resultado al parecer de ganancias de los organismos acumuladas en el año anterior.
Los del BROU cobraron en agosto (por supuesto hace años que en estos rubros, siempre han corrido en punta). Los del BSE lo hicieron el día 19 de octubre del corriente año. Pensamos que muy difícilmente, sus colegas del BHU hayan percibido el obsequio, habida cuenta del cuantioso déficit que arroja dicha institución (¿qué dirá AEBU de todo esto?)
De nuevo de esta manera, se plantea un problema que pensamos se superaría con la llegada del gobierno del doctor Tabaré Vázquez. Muchos sumergidos no reciben este tipo de estímulos, referido al reparto de ganancias y, por el contrario, miles de funcionarios de reparticiones estatales, para nada o muy malamente son contemplados en el presupuesto próximo a aprobarse en el Senado.
Aquel manido principio de «a igual función igual retribución», hace largo rato se ha dejado de lado. Y los bancarios oficiales, pese a las reiteradas muestras de amenazas de interrupción de tareas de AEBU, siguen siendo los eternos privilegiados del Uruguay.
Atentamente lo saluda:
YAMANDU LERENA – C.I: 765.342-6
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