FERIAS

Nueva edición de la Feria Arte 5 en Trouville

Si te gustan las artesanías y los libros desde el jueves 8 hasta el martes 27 de enero se desarrollará la Feria de Arte 5 en la Plaza Muñoz de Pocitos.

Foto: Feria Arte 5 2013 / Municipio CH

La Feria Arte 5 es una muestra cultural, artesanal y gastronómica declarada de interés y turística por el MEC y el MTD que se lleva a cabo todos los eneros en la zona de Trouville, 21 de setiembre y la rambla.

La propuesta es un interesante paseo en la tarde-noche de Montevideo para quienes quedaron en la capital. En ella se puede encontrar trabajos de artesanos, que son principalmente de la zona y nuestro país, diversidad de libros y variedad de comidas típicas así como espectáculos artísticos que se presentan sobre las 21 hs.

En esta, es su undécima edición podrá ser visitada desde el jueves 8 hasta el martes 27 de enero en el horario de 19 a 23 hs. de domingos a jueves, y de 19 a 24 hs.los viernes y sábados.

La muestra es organizada por el Municipio CH, el Concejo Vecinal 5 y “Artesanos UY”.

Centro de Fotografía de Montevideo presente

En el marco de esta Feria de Arte 5, el Centro de Fotografía de Montevideo presentará una exposición de imágenes del Palacio Salvo bajo el nombre «Palacio Salvo: la silueta que nos identifica».
La misma repasa la historia y la actualidad de uno de los edificios más importantes y reconocidos de Montevideo.

La muestra

El Palacio Salvo constituye un símbolo y emblema de la ciudad de Montevideo.
Producto de un Uruguay pujante, comenzó a construirse en el año
1923 y se inauguró en octubre de 1928.

Sus hacedores eran inmigrantes italianos nacidos en la región de la Liguria.
Llegados a nuestras costas en la década de 1860, pasaron de ser vendedores
ambulantes a tener su propia tienda y finalmente a convertirse
en muy importantes empresarios en la rama textil.
A partir de esas condiciones, los hermanos Ángel, Lorenzo y José Salvo se
plantearon, en 1919, levantar el primer rascacielos de Uruguay, un gran
hotel frente a la Plaza Independencia, en cierto sentido como agradecimiento
a la ciudad que los había recibido cuando eran muy pobres.
En el predio elegido estaba instalado desde principios de siglo XX el café y
confitería La Giralda –donde se había estrenado en 1917 el célebre tango
“La Cumparsita”, compuesto por Gerardo Matos Rodríguez–, que fue demolido
para levantar el nuevo edificio.

Se llamó a un concurso internacional de proyectos, al que se presentaron
diecisiete arquitectos de distintas partes del mundo. Entre ellos se encontraba
Mario Palanti –nacido en Milán–, quien contaba entre sus obras realizadas
la del Palacio Barolo, edificio de gran similitud con el Salvo, ubicado
en la Avenida de Mayo, en Buenos Aires. Considerando ese antecedente,
Palanti finalmente fue el elegido, meses después de haber sido declarado
desierto el concurso.
Su estética ecléctica e historicista lo llevó a mezclar varios estilos arquitectónicos.
Lejos de la pureza en las líneas y el acento en la función que
defendía la “arquitectura moderna”, liderada entre otros por Le Corbusier,
su ornamentación sobrecargada y formas caprichosas lo tornaron un edificio
único, que sin embargo contó con una técnica de construcción vanguardista:
el hormigón armado.
En una superficie de casi 1.800 metros cuadrados, cuenta con dos sótanos,
planta baja, diez pisos que conforman la base, con más de cuarenta
apartamentos por nivel, y quince pisos en los que se despliega la torre,
coronada originalmente por un faro, que funcionó por poco tiempo.
La silueta del Palacio Salvo, vista desde los lugares más disímiles, resultó
definitivamente incorporada al perfil de la ciudad. Antes de ser inaugurado,
los poetas Alfredo Mario Ferreiro y Juvenal Ortiz Saralegui publicaban
versos en su honor, la empresa Philips utilizaba su imagen en afiches publicitarios,
mostrando la torre especialmente iluminada para el recibimiento
de los campeones olímpicos de Ámsterdam. Su figura particular, plena de
superficies curvas, balcones y vericuetos, se convirtió paulatinamente en
objeto de innumerables fotografías y miradas. Se volvió cine y materia de
expresión de diversas artes. También es escenario y motor de historias y
leyendas, muchas de ellas recogidas y documentadas en el libro Historias
del Palacio Salvo*.
De todo ello trata esta muestra: de la tradición, vigencia y actualidad del
edificio. Como patrimonio cultural, histórico y arquitectónico, como ícono
de la ciudad, como testigo y principal protagonista de antiguas y recientes
leyendas. Disparador incansable de nuevos sentidos.

Daniel Elissalde

(texto de //cdf.montevideo.gub.uy)

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