Ajedrez: cae récord de Kasparov y surge el nuevo mejor jugador de la historia
Cuando Garry Kasparov “el Ogro de Bakú” se impuso con 2.851 puntos sobre el norteamericano Bobby Fischer (2.785 puntos), dijo a voz en cuello que ese hito no sería jamás doblegado porque no había una mente humana que lo pudiera superar. Y si bien el récord se ha mantenido desde 1999, una sorpresa absoluta sacude al mundo del ajedrez internacional. Un casi desconocido, que jamás ni siquiera ha sido campeón mundial, superó este 1o de enero de 2013 –con 2.861 puntos- la clasificación de la Federación Internacional de Ajedrez, acreditándolo como el mejor jugador de la historia.
El noruego Sven Magnus Carlsen, de 22 años de edad, el jugador más jóven en superar los 2.800 puntos, y el número uno en conseguirlo cuando tenía solamente 19 años, alcanzó la cima absoluta de los ajedrecistas. La conmoción del mundo ajedrecístico, opinan algunos, no debería ser tal: Sven ascendió en 2004 a Gran Maestro, cuando solamente tenía 13 años, en ese momento el más jóven del mundo y uno de los tres en la historia que lo logra, después de Kariakin y Negi.
-El debate sobre el mejor jugador de la historia
Podría hacerse un paralelismo deportivo, evaluando si Pelé era mejor que Messi, comparar copas, título y demás, para comprender al menos de lejos lo que ocurre en el mundo del ajedrez por estos días.
Un jovencito del pueblo de Lommedalen, cercano a Oslo, que a los 10 años era el mejor jugador de su país, entrenado por el mejor noruego de la historia –el Gran Maestro Simen Agdestein- obtiene en 2002 el apoyo de la empresa de computadoras Artic Securities y luego de Microsoft, para dedicarse a su pasión. Derrota dos veces al subcampeón mundial Nigel Short, a Sokolov, a Ernts, y a Karpov. Y hace tablas con Kasparov quien, se afirma, lo entrena en secreto desde entonces.
Hay actualmente 47 Grandes Maestros en el mundo, con 2.700 puntos o más. Pero el problema es que –al igual que ocurriría para comparar a Pelé con Messi- la categorización “ELO” de ajedrez no ha existido siempre. Así resulta imposible establecer los ELO de Capablanca, Alekhine o Morphy, que dominaron el ajedrez mundial de otros tiempos.
Ahora, el juego más difícil del mundo parece estar, en manos de un jovencito.
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