Carnaval de La Pedrera: galería de fotos
Luego de las protestas de los locales y de algunos incidentes para el olvido, el lunes la fiesta se instaló. La tradicional guerra de agua copó la calle principal, los vendedores de espuma sacaron una jugosa renta, ya que la lluvia hizo que las protagonistas no fueran las bombitas.
La creatividad estuvo presente: pitufos, duendes, policías, bomberos, cavernícolas, avatars, hasta una reproducción viviente del cuadro «La última cena» de Da Vinci, entre otros, estuvieron presentes. La propuesta fue divertida y más allá del clásico descontrol no hubo mayores problemas.
Los comerciantes de la zona acordaron dejar de vender alcohol a las 5.30 de la mañana y apagar la música a las 6.30, cosa que la mayoría cumplieron, haciendo que la fiesta terminara más temprano y en paz.
Fue una verdadera fiesta, con mucha alegría, espuma y diversión. Para el año próximo las autoridades deberán prepararse mejor para evitar desgracias, como las que sucedieron en la previa, que por momentos parecieron opacar la fiesta.
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