EL URUGUAY LENTO
En setiembre de 2006 la Dirección Antidrogas del Uruguay logró capturar 343 kilos de cocaína y hacer procesar a 25 delincuentes. Con el dinero recaudado se habían adquirido hoteles, campos, estancias, frigoríficos, 5 edificios de apartamentos en Punta del Este y 5 edificios en Montevideo, entre otros bienes.
El 11 de junio de 2008 la Justicia procesó al contador Ruben Weizman como uno de los «lavadores», convertidor en bienes legales de esos fondos de origen ilegal.
Las manzanas no flotan en el aire
El actual equipo de lucha antidroga se formó cuando en 1995 el recién nombrado director antidrogas, el inspector Roberto Rivero, desmanteló totalmente el viejo y corrupto elenco de la Dirección antidrogas alguno de cuyos bandidos ha logrado cobijo en el actual gobierno, como en los anteriores y empezó a armar el actual elenco de dicha Dirección. Poco tiempo después, a fines de 1995, se produjo ya la primera caída de cientos de kilos de cocaína, aeroplano incluido. Al salir el propio Rivero desde la Dirección antidrogas hacia la Dirección Nacional de Policía en el año 2000, desde su nuevo destino seleccionó y nombró al actual director, Julio Guarteche.
La legislación uruguaya antilavado del dinero producido por el narcotráfico se concretó entre 1998 y 2004, mediante varios decretos y tres leyes básicas. El principal impulso fue que Uruguay fue puesto en la lista de los 5 países sospechosos de impulsar el narcolavado por el GAFI, el órgano rector a nivel mundial del combate antilavado, y si no legislaba y cumplía lo legislado, Uruguay recibía sanciones tan graves como, por ejemplo, dejar de recibir créditos del exterior.
Como ahora está de moda pensar que antes de que Newton describiera la ley de la gravedad las manzanas flotaban por el aire, como dijo alguien, conviene aclarar estos aspectos para entender por qué se vienen logrando algunos éxitos importantes en la lucha contra el tráfico de drogas y el lavado de sus ganancias.
Las rutas del lavado en Uruguay
Los días 7, 14 y 21 de diciembre de 2001 -hace 6 años y medio- Posdata Folios publicó el mapa del lavado uruguayo. Incluía los estudios profesionales que lavaban el dinero sucio, las sociedades anónimas que se usaban, transferencias de dinero millonarias que habían hecho esas sociedades anónimas y los nombres de los «testaferros» que se repetían en dichas sociedades de fachada. Por supuesto estaba señalado el estudio de Ruben Weizman. Si un fiscal hubiera actuado, muchos años de lavado y cocaína se habrían ahorrado.
Toda la información surgía de dos fuentes. Posdata había estudiado con detalle las informaciones sobre lavado de dinero de la época del menemismo sea de corrupción política, sea de narcolavado realizadas con sociedades uruguayas. Asimismo, en función de la información publicada la doctora Elisa Carrió había concurrido a nuestra casa particular a invitarnos a trabajar en la Comisión Antilavado del Parlamento argentino, Comisión a la que el Senado de EEUU le había remitido la información de las cuentas lavadoras de dinero de las islas Caimán. Información bancaria de la que dispusimos para redactar buena parte del capítulo 9 del Informe Carrió y los informes de Posdata.
La línea Elenberg (cartel de Juárez)
Posdata Folios establecía las diferentes líneas de lavado. Así, la «línea Elenberg (cartel de Juárez)», que representaba en Uruguay a Aldo Ducler, ex subsecretario de la dictadura argentina, principal asesor de Palito Ortega, propietario de la firma Mercado Abierto, que fue la que lavó el dinero del cartel de Juárez en Argentina, según ha descrito, además, muy claramente, Andrés Oppenheimer en su libro «Ojos vendados». Aldo Ducler es a quien, luego, el gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, confía la colocación de las reservas de esa provincia, unos 600 millones de dólares, de los cuales no se supo más nada. Goza de buena salud en todos los regímenes.
Posdata establecía como responsables de esa línea de lavado a Javier Elenberg y a Jorge Gutfraind. Mencionaba empresas y directores como Ilecur SA, Meadstone SA, Decatur SA (Jaime Chaffer), Oderey SA (Jaime Chaffer), Miralpark SA (Jaime Chaffer), Dicotil SA (Jaime Chaffer), Mercofound (Aldo Ducler y Jaime Chaffer), Biesatur (vinculada al cartel de Juárez por Angel Salvia, otro instrumento de los mexicanos, también preso) y Autum (también de Angel Salvia).
Según los datos entonces publicados, según los movimientos bancarios enviados por el Senado norteamericano, Ilecur le había mandado a Mercado Abierto Bank un total de US$ 10.642.823. Mercado Abierto le manda a Ilecur US$ 11.999.422,11. De Ilecur a Mercado Abierto van US$ 14.628.639.20. De Mercado Abierto Bank a Ilecur se traspasan US$ 31.842.987,06. Decatur le pasa a Farmostar SA US$ 50.775.625″.
La línea Morassi (cartel de Juárez)
Posdata aludía a 6 empresas radicadas en el Estudio del escribano Javier Morassi Olondriz y su hijo, el contador Gonzalo Morassi Alcorta. Las empresas eran Idafal SA (figuró Beatriz Llera y ahora figura a nombre de Raúl Oscar Marinone, pieza clave del cartel de Juárez en Argentina), dueña de cinco campos en el departamento de Flores, Sasur SA (casa en Punta del Este), Saltur SA, Tamilur SA, todas a nombres del agente inmobiliario de Ducler, llamado Di Tullio. También Larenir SA (a nombre de Di Tullio) y Estarey SA (a nombre de Di Tullio). A nombre de Di Tullio y Llera, residente en un apartamento de Punta del Este, figura la Anebi SA.
Posdata apuntaba cosas que llamaban poderosamente la atención. Primero Tamilur SA. En el juzgado bonaerense del juez Canicoba del Corral está todo el material que demuestra que Tamilur SA es la propietaria de las más de 20 empresas argentinas que poseía el cartel de Juárez. En dicho expediente figura, además, que los pagos realizados por todas las empresas residentes en Argentina por gastos o personal eran enviados desde Montevideo, más concretamente desde Tamilur SA. Uruguay nunca investigó al cartel de Juárez ni requisó sus bienes. Lo resolvió Jorge Batlle y lo aceptó este gobierno.
La línea Weiszman (Grupo Yoma)
Posdata afirmaba que la vinculación del Estudio Weiszman al Grupo Yoma estaba basada en pruebas contundentes. La casa de la calle porteña Etchevarría de Zulemita Menem está a nombre de Ondisur SA, cuyo teléfono fiscal es el del Estudio Weiszman. La sociedad Elthan Trading SA, fundamental participante del escandaloso tráfico de armas a Ecuador y Croacia, tiene por dirección la del garaje del Estudio Weiszman y su presidente fue Yalel Nacrach, casado con una sobrina de Yoma. Pero la empresa insignia es Clunan SA (director Ruben Weiszman). La misma es ya identificada en el libro de Oppenheimer. Tiene numerosos movimientos en las cuentas del narcolavado, así como la empresa International Investment SA. Vinculada a este grupo aparece generando falsos acreedores del grupo Yoma Port Vendres, también del estudio Weizman.
Ilecur (Juárez) le pasa a Clunan (Yoma) US$ 58.140.715. Clunan a Ilecur le transfiere US$ 6.174.275,94. South Pacific (Cali) a Clunan (Yoma) US$ 6.726.533,60.
Lo curioso es la capilaridad del sistema de estudios y empresas uruguayas. Cali, Juárez y Yoma se pasan directores de empresas y cuantioso dinero como si nada.
Y así seguía Posdata estudiando en detalle otras líneas de lavado como el estudio de Gerardo Duthilleul, que lavara para el cartel de Cali a través de la famosa firma South Pacific, que usaba los mismos testaferros e intercambiaba decenas de millones de dólares con el cartel de Juárez; el Estudio Etcheverrito, que lavara tráfico ilegal de armas, narcolavado y corrupción política, o la firma Winterbotham de Christopher Hooper, en la calle Blanes Viale, que lavara buena parte de la corrupción menemista (4.500 millones de dólares) y una decena de estudios más.
Todo lo que falta
Se le empezó a meter mano a una de las líneas de lavado
de dinero en Uruguay. Falta mucho.
En esto de que las manzanas tendían a flotar antes del 1º de marzo de 2005, la ministra del Interior y de Caballería, Daisy Tourné, ha logrado algunas explicaciones asombrosas: «Tenemos superpoblación carcelaria porque ahora hacemos investigaciones policiales» (¡¡¡!!!!).
El intento de partidarizar lo que es una política de Estado es un modo chiquito de conspirar contra esa política.
La ministra, en lugar de clamar sobre «que le saquen lo bailado», tendría que poner a bailar más seguido a los lavadores de dinero. Seis años y medio más tarde para bajar a uno, con un excelente equipo humano heredado, no es mucho.
|*| Ex senador, director de Jaque y de Posdata
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