Montes agoniza por la crisis
DANILO ALBIN, CANELONES
Montes cuenta con aproximadamente 2.000 habitantes, de los cuales más de 400 son jubilados. Muchos de ellos conocieron la época dorada del pueblo, cuando la industria Remolacheras Azucareras del Uruguay Sociedad Anónima (Rausa) empleaba a cientos de personas y dinamizaba la vida social y comercial del lugar.
Una crisis de largo aliento
Tras el cierre de dicha unidad productiva, registrado en 1988, la población no bajó los brazos y mostró su esperanza ante cada intento de reactivación industrial en la zona. En ese contexto, el frigorífico Montes, perteneciente a la empresa chilena Presil Sociedad Anónima, comenzó a trabajar en 1996, dedicándose principalmente a la exportación de cortes vacunos y ovinos.
Ocupaba a 300 obreros, de los cuales 120 estaban en planilla, mientras que el resto trabajaba en el sistema de cuadrillas. Todo estuvo bien hasta abril de 2001, cuando el ingreso de la fiebre aftosa al país provocó una grave crisis en el sector cárnico, derivando en el cierre de decenas de frigoríficos. Entonces, la principal fuente de empleo del pueblo cerró sus puertas, desatando una vez más una gran preocupación entre sus habitantes.
Los obreros registrados ante el Banco de Previsión Social (BPS) fueron inmediatamente enviados al seguro de paro, mientras que los demás quedaron sin ningún tipo de cobertura. Al término de la segunda prórroga de los seguros, el 60% del personal cobró el despido, previéndose que entre junio y julio de este año lo hará el 40% restante. Según han comunicado los representantes de la empresa en Uruguay, Presil no está en condiciones de continuar con las actividades en nuestro país.
La lucha del pueblo
No obstante, en los últimos meses, dos firmas del sector frigorífico se mostraron interesadas en adquirir la planta, pero no lograron alcanzar un acuerdo con los empresarios chilenos. Por lo tanto, la fábrica sigue cerrada, y el desempleo escaló aún más en esta pequeña localidad canaria.
Ante tal situación, la alarma social instalada en Montes determinó que comerciantes, empleados, trabajadores independientes, jubilados e integrantes de las fuerzas vivas formaran una autodenominada «Comisión Pro-Reapertura del Frigorífico Montes», que de manera inmediata emprendió distintas movilizaciones para buscar que el pueblo recupere los puestos de trabajo perdidos.
«Hace ya más de una década que en nuestro pueblo soñamos con un trabajo estable, en condiciones dignas, que permita desarrollarnos como sociedad. Hoy ya hace más de un año que anhelamos que reabra nuestra mayor fuente de trabajo, el frigorífico local», señala la referida comisión en un manifiesto que contó con el respaldo de 1.200 firmas.
En el citado texto, al que tuvo acceso LA REPUBLICA, los adherentes destacan que «toda la comunidad reclama la voluntad política necesaria para el destrabe de la situación planteada, teniendo en cuenta incluso las ventajas comparativas que se le otorgaron a la empresa Presil cuando inició su actividad en 1996″.
En ese contexto, recuerdan las manifestaciones del presidente Jorge Batlle «cuando dijo que tenía una deuda moral con Montes o cuando expresó que todas las plantas frigoríficas habilitadas en mayor o menor medida estarían trabajando a la brevedad».
A criterio de los firmantes, ambas promesas aún no han sido cumplidas.
«Hoy con esta recolección de firmas comenzamos un camino de lucha, como nos dicta nuestra conciencia, en defensa de nuestra identidad como pueblo, intentando sensibilizar a la opinión pública de nuestros reclamos», señalan, exigiendo a las autoridades competentes y a los representantes departamentales «que se interesen en el tema y nos ayuden a recuperar la mayor fuente de trabajo de nuestro querido y humilde pueblo».
Reclamos ante el Parlamento
Para lograr tal objetivo, varios vecinos de Montes acudieron el pasado martes al Parlamento, donde fueron recibidos por la comisión de ganadería de la Cámara de Representantes, presidida por el diputado canario Ernesto Agazzi (Movimiento de Participación Popular). Allí, los pobladores entregaron un memorándum, en el que advierten a los legisladores que de no lograrse soluciones a corto plazo, «la crisis social que se avecina será inevitable».
«Queremos que los empresarios chilenos reabran o vendan el frigorífico, pues aquí el pueblo está de rehén», coincidieron en señalar a LA REPUBLICA los integrantes de la Comisión Fomento local, Gustavo Moratorio y Carlos Hernández, quienes reclamaron la intervención del poder político para frenar la caída del pueblo. «Estamos a tiempo de solucionar este problema», subrayaron. *
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