REELECCIÓN PROHIBIDA POR LA CONSTITUCIÓN
La decisión del presidente Pacheco Areco de postularse para un nuevo mandato, a través de una reforma constitucional simultánea con el comicio, encendió el debate político, puesto que la propia carta constitucional impide la reelección. Es esta una tradición que ha imperado en toda la historia institucional de la República, desde sus orígenes en 1830.
El artículo 152 de la carta de 1967 señalaba: «El presidente y el vicepresidente durarán cinco años en sus funciones, y para volver a desempeñarlas se requerirá que hayan transcurrido cinco años desde la fecha de su cese…».
En todo el arco político, y en la cátedra de derecho constitucional de la entonces Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, se reprobó esta decisión. La última palabra la tuvo la Corte Electoral, que se integró en realidad pocas semanas antes del comicio (14 de octubre). El organismo, en votación dividida (5 contra 4), resolvió que no existían impedimentos jurídicos. Pacheco podía postularse, y si la reforma triunfaba, y él ganaba aquella elección, se mantendría en el gobierno.
Votaron a favor de esta posición cinco ministros colorados: Fernando Abdala (hermano del vicepresidente Alberto Abdala), David Bonilla (15), Radamés Bianchi (cercano al pachequismo), José M. Galo (ex edil, de la 15), Máximo Gurméndez (pachequismo); en contra lo hicieron Abel Segarra (blanco), Francisco Rodríguez Villamil (que había sido secretario letrado de la Corte Electoral), Sigifredo Goñi (Alianza Nacionalista), y Carlos Saráchaga (Movimiento Nacional de Rocha).
Fueron depositadas 491.680 papeletas de apoyo a la reforma constitucional. Eran necesarias, 832.060. Solo el pachequismo presentó listas por el régimen vigente y el proyectado, las que crearon una gran confusión a la hora del escrutinio. Los restantes sectores colorados se negaron a hacerlo, al igual que los blancos, el Frente Amplio, y las otras organizaciones políticas que intervinieron en esta elección.
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