Entrada libre

Expo Tatoo: 50 artistas de varios países esperan a 10.000 aficionados en el INJU este fin de semana

Colores, formas, trazos, dibujos sobre la piel, proliferan este fin de semana en las instalaciones del INJU, cuando se lleve a cabo la séptima edición de la Expo Tatoo, un evento que el año pasado congregó a 10.000 personas.

Hay 50 tatuadores profesionales de Uruguay, pero también de Perú, Chile, Brasil, Argentina e Italia. Además de la apasionante competencia entre especialistas donde interviene también un jurado integrado por varios países, la instancia sirve para intercambiar realidades entre profesionales y no tanto, entregados a este arte, explicó a LA REPÚBLICA Martín Serrats, integrante de Atípico Tatoo, organizador del evento. La oportunidad también es aprovechada para informar a los visitantes sobre a Ley que rige en Uruguay, acerca de la normativa para menores de edad y los requisitos que se deben exigir a la hora de efectuarse un tatuaje.

Cabe destacar que este evento con características de congreso internacional es el único en Latinoamérica cuya entrada es libre y gratuita. «La competencia incluye nueve categorías y el jurado evalúa y valora el diseño, la zona del cuerpo donde está hecho, la complejidad del trazado y la prolijidad de los colores», explicó Serrats. Una de las categorías, por ejemplo es el realismo, en el que generalmente se efectúan rostros y cuerpos, en ese caso lógicamente la perfección del dibujo es lo que más se valora», indicó Serrats.

El tatuaje ya ha dejado de ser un marca de las «tribus urbanas». También en Uruguay hay personas de entre 60 y 70 años, mujeres, que se hacen el suyo. «En Uruguay no estamos mal pero igual venimos un poco atrás comparado con otros países, por ejemplo Brasil, donde la gente se anima mucho más», apuntó Serrats. Se puede ver tatuado casi lo que se pueda uno imaginar, pero el rubro se mueve mucho por modas, la letra china por ejemplo, el delfín, la estrellita, ahora se ha vuelto un poco a las letras, es decir a frases que recuerdan a familiares o frases de algún personaje que se admira.

No hay escuela en Uruguay para estudiar de tatuador, nadie se recibe con un diploma, por ello el intercambio y la actualización constante de los profesionales es vital para mantener este arte aggiornado. «Estos eventos son importantísimos para nosotros y para el público en general, ahora el tatuaje está muy globalizado gracias a Internet pero la oportunidad de este intercambio es muy importante. También es una oportunidad para mostrar al público, en qué está el mundo del tatuaje y aprovechar para divulgar lo que permite y lo que no la ley en nuestro país», expresó Serrats.

CIFRAS

3.000

Pesos. Es lo que puede

llegar a valer un tatuaje muy

elaborado y complejo.

Una cultura indígena

* El tatuaje no nació en los años 60, y es una cultura de pueblos indígenas y aún primitivos.

Hay ley, pero

falta control

* Quienes se dedican al tatuaje profesional deben inscribirse en el Ministerio de Salud Pública, como lo reglamenta un decreto de 2004 cuando se aprobó la Ley. Entre los requisitos se debe presentar, desde el plano del local, la procedencia y calidad de tintas que utilizarán, y cumplir una larga lista de normas de higiene que van desde el uso de túnica, elementos descartables, lentes y más. Sin embargo, el índice de informalidad triplica al de los formales, según indican tatuadores profesionales. Hay quienes se instalan clandestinamente en sus casas, en las ferias, y sin ningún tipo de higiene se hacen tatuajes comúnmente tres veces más baratos que en los locales legalmente establecidos. Demás está decir los riesgos de salud que esto conlleva. «Está la Ley pero falta control, no hay gente que controle a los que hacen tatuajes en ferias, por ejemplo», dijo Serrats.

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