TRAMPAS UY

Investigan cuarenta casos de plagio y copias en universidades

Las trampas para salvar un examen son tan viejas como estudiar. El «trencito» dio lugar al espionaje informático y la utilización de las nuevas tecnologías para presentar un trabajo académico. En Uruguay, muchos profesores quieren conseguir los programas utilizados masivamente por docentes en Estados Unidos que detectan el plagio y otros a veces prefieren no denunciar ya que entienden que los estudiantes de todos los niveles no tienen educación al respecto.

El derecho de autor es un derecho fundamental. Según el sitio web de la Asociación General de Autores del Uruguay (Agadu), «los creadores gozan de un derecho de propiedad intelectual sobre sus obras. Es el denominado derecho de autor, uno de los derechos humanos contenidos precisamente en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 27, numeral 2, del 10 de diciembre de 1948″.

Según supo LA REPÚBLICA, constatando en distintas instituciones terciarias y actas de consejos directivos universitarios, así como a fuentes calificadas, a nivel terciario público más de cuarenta casos fueron tenidos en cuenta, y el número va en aumento. Muchos de ellos están siendo estudiados y aún no han pasado a la órbita de los Consejos Directivos. En la Udelar en 2009 los casos denunciados que trascendieron los ámbitos de investigación no superaron los 35 y en 2010 fue un guarismo similar, informaron fuentes administrativas universitarias. Más de una veintena de casos que recorren desde alumnos de primer año a egresados y docentes de alto grado fueron investigados, aunque muchos de ellos no pudieron ser comprobados. La Facultad de Ciencias Económicas detectó en que en 2010 hubo un plagio en la materia «Historia económica universal», lo que determinó que el estudiante estuviera suspendido hasta marzo de este año de su calidad de estudiante.

Estos hechos no ocurren solo en la Udelar sino también a nivel del Consejo de Formación en Educación (CFE) y a nivel privado, aunque el intento de LA REPÚBLICA por consultar a estas instituciones por los plagios no fue respondido por ningún centro de estudios. En el CFE hay por lo menos tres denuncias a setiembre de 2011: una en el Instituto Normal de Magisterio en Montevideo, otra en el Instituto de Profesores Artigas (IPA) y una en el Interior.

 

Denunciar o no denunciar

* Unos cuántos casos son pasados por alto ya que «algunos entendemos que no existe educación sobre la propiedad intelectual», dijo un docente de la Facultad de Química, que agregó: «De decir mi nombre sería linchado mañana mismo y, obviamente, sancionado por reconocer que detecté plagio y no lo denuncié». Cecilia A., estudiante de Ciencias Económicas, reconoció haber cometido plagio en 2006. Me lo tenía bien merecido. Encontré un texto que me interesó y por desconocer las normas de citado de fuentes en primer año fui castigada, me suspendieron la posibilidad de dar exámenes por no tener antecedentes. Pero ese antecedente me quedará ahora para siempre».

Quien sí los ha denunciado fue la profesora Adriana Marrero, de la Facultad de Sociología. «Hay un debate sobre lo que es el derecho de autor, que dice que es un negocio para las editoriales, pero creo que hay un principio de respeto por el trabajo intelectual y que eso aún no se entiende».

 

Denuncias masivas

* En 2010 siete estudiantes de Ciencias Económicas de la Udelar fueron acusados de cometer «irregularidades» en un examen. Estas «irregularidades» dejaban dudas a los docentes sobre la transparencia de los resultados y de la buena fe de los estudiantes. Los estudiantes fueron suspendidos hasta marzo de 2011 tras comprobárseles la mala fe.

De igual forma, en Ciencias Sociales dos estudiantes fueron acusados por los docentes del curso Introducción a la Demografía 2010 del tercer semestre, por «la copia textual de un trabajo de otra autoría», tal como se lee en la resolución del Consejo de la Facultad de Ciencias Sociales del 19 de agosto de 2010.

A estos casos en 2010 se suman otros dos en Ciencias Económicas, una denuncia presentada por el investigador profesor Benjamín Nahum, tras detectar un plagio por parte de un estudiante, y un caso que se resolvió en 2010, presentado a fines de 2009 en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.

 

Dos plagiados

* Parte de la tesis de doctorado de Rodolfo Ungerfeld (docente de la Facultad de Veterinaria) fue tomada por un estudiante de posgrado de una universidad mexicana. «No hice juicio, pero sé que al director de la tesis no lo dejaron dar más clases allí», explicó el afectado a LA REPÚBLICA.

«A mí me han tomado partes de libros enteros y los han colgado en Internet», dijo Adriana Marrero, que además en 2005 denunció a dos estudiantes por «copiar en un examen». Marrero explicó que hay una forma de plagio que es la más común. «Se adueñan de una cita, la parafrasean, o de la idea y no la citan». Para la socióloga, «la cita de textos le da más valor al trabajo» pues «revela que existió una preparación, un estudio».

 

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