En Uruguay hay 115.118 descendientes de indígenas
En el Censo de Población que se realizará en setiembre en nuestro país, por primera vez se incluirán dos temas que harán referencia a si la persona encuestada cree tener ascendencia indígena, afro, asiática, blanca, u otra, y cuál de ellas considera a la principal.
Para ello, organizaciones activistas indígenas, agrupadas en el Consejo de la Nación Charrúa (Conacha), han estado trabajando con el Instituto Nacional de Estadística para que se incorporen estas dos preguntas a los encuestados.
«Es la primera vez que el Estado uruguayo toma nota de esta multiculturalidad de la población uruguaya, acercando los números a la realidad de la identidad nacional» expresa el Conacha.
Según datos arrojados por el censo realizado en 1996 se identificaron 12.600 personas como descendientes indígenas. Posteriormente, en el año 2006, fruto de una ardua tarea de organizaciones indígenas y gente interesada en la causa, fueron 115.118 las personas que se declararon descendientes de los pueblos originarios, es decir casi un 4% de la población del país.
«En esta nueva instancia (Censo del 2011) consideramos que la cifra seguirá subiendo. A pesar de las dificultades vamos venciendo el desconocimiento y dejando de lado los prejuicios racistas y discriminativos que impregnaron nuestra llamada historia oficia, así como también nuestra educación encargada de homogeneizar y asimilar a nuestros pueblos originarios», dijo Enrique Auyanet, de la Asociación Descendientes de la Nación Charrúa, a LA REPÚBLICA.
«Identificarnos como indígenas, como hijos de esta tierra, nos permite recobrar nuestra conciencia como pueblo, la cual pretendieron aniquilar en Salsipuedes», agregó.
Cabe recordar que en el año 2005, la doctora Sinthia Pagano, en un estudio realizado en nuestro país, detectó un 38% de sangre indígena en la población uruguaya.
El Consejo de la Nación Charrúa manifestó sobre el particular: «Desde siempre se nos ha negado el derecho a la identidad y a la existencia como descendientes de la Nación Charrúa, razón por la cual, en gobiernos anteriores, el Estado ha difundido hacia el exterior que el Uruguay era un país sin indios y que todos habíamos descendido de los barcos».
«Recordemos que los primeros extranjeros que vinieron a estas tierras eran solo hombres, ya que venían a tierras desconocidas, los cuales hicieron el aporte de la sangre europea a la nativa existente».
El Conacha señala: «Nosotros, los charrúas, no miramos al mar con nostalgia de inmigrante; miramos a nuestra tierra con un profundo sentimiento de pertenencia. De hecho, caminamos sobre el polvo de los huesos de nuestros ancestros. Somos la continuidad y descendemos de ellos, revalorizando las costumbres, la cosmovisión y el papel que desempeñamos hoy, en esta evolución, atentos a preservar y recuperar memoria y cultura para nuestros hijos».
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