El hombre pudo llegar a América 17.000 años antes de lo aceptado hoy
El descubrimiento de unos restos óseos en el arroyo Vizcaíno, próximo a la localidad canaria de Sauce, puede modificar drásticamente la fecha desde la que se considera que el hombre pisó por primera vez lo que hoy se conoce como América.
Casualidades
Todo comenzó en 1997, cuando, durante la seca de ese año, un grupo de alumnos del liceo local encontró en el lecho de la corriente de agua huesos que posteriormente se constató que pertenecían a animales prehistóricos.
Los restos se llevaron a la institución educativa y en 2001 el paleontólogo español Alfonso Arribas detectó cortes en forma de «V», que podrían indicar que fueron realizados con herramientas de sílice, en la clavícula de un perezoso gigante del género lestodonte. Lo llamativo fue que el hueso tenía una antigüedad de 29.000 años, unos 17.000 años anterior a la fecha en la que se considera que el hombre pisó por primera vez lo que hoy es el continente americano y 19.000 años antes de las primeras evidencias de su presencia en nuestro país.
Revisión de conceptos
«Si se confirma el descubrimiento, podría cambiar la forma de concebir el poblamiento de nuestro continente; habría que revisar el paradigma vigente, que estipula que los primeros hombres arribaron a América desde el estrecho de Bering hace 12.000 años», resaltó a LA REPUBLICA el paleontólogo Richard Fariña de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.
Actualmente el especialista se encuentra realizando excavaciones y tomando fotografías en una zona de diez metros por seis, próxima al arroyo, para tratar de hallar evidencias que puedan confirmar la hipótesis de la presencia de humanos en épocas tan remotas.
Dada la cercanía de la corriente de agua, el especialista y nueve alumnos avanzados de Paleontología que lo acompañan deben tener mucho cuidado con las crecidas. Incluso debieron remover varios restos óseos que podrían haberse perdido.
Los investigadores, que cuentan con el apoyo logístico de la Intendencia de Canelones, acampan cerca de la zona y tienen que cuidar que los curiosos no se acerquen al área por el riesgo de que se arruine la exploración.
En el lugar yacen huesos de varios animales pertenecientes a la megafauna nacional, entre los que se puede contar otro lestodonte y tres variedades de gliptodonte, un gigantesco pariente de la mulita, de los que se pudo constatar la presencia de placas y esqueletos enteros.
También se descubrieron otros restos óseos con marcas que podrían haber sido hechas por hombres.
Si bien Fariña subrayó que hay que «ser prudente», estimó que algunos hallazgos «alientan el optimismo». Asimismo hizo hincapié en que el trabajo en la zona va a insumir años.
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