PROHIBIDO PARA NOSTALGICOS

ALMACENES Y BARES DEL VIEJO MONTEVIDEO

Existieron por todos los barrios y vemos su testimonio en el tiempo. Por el barrio de Los Pocitos, en un enorme terreno esquinero que hoy corresponde a la confluencia de Avda. Brasil y Benito Blanco, por los inicios del 900 se inauguró un almacén muy surtido. Al costado del mostrador de los comestibles servían ginebra de porrón, aromática caña y potente Fernet. Vendrían condimentos, aceite de oliva, café colombiano y té de Ceylán sin olvidar las ricas aceitunas negras. También muchas bebidas en ese bar y almacén que le decían De Los Pocitos. Luego se mudaron enfrente y se transformó en el popular bar «Expreso» que llega hasta nuestros días. Por Rivera y la actual calle Pereyra, casi enfrente a la Estación Pocitos, cuando desapareció el biógrafo de Cirilo, en esa vieja casa pusieron un almacén. Tuvo varios nombres y propietarios pero a partir de los años 60 fue conocida como Las Cordilleras. Latas de sardinas y atún junto a un pequeño mostrador donde se reunían selectos clientes que tomaban sin hielo al linajudo «etiqueta azul» acompañado por un platito de jamón y pancitos con paté. Por la Ciudad Vieja, los degustadores de sandwiches tenían una cita por Sarandí e Ituzaingó en lo de Pedemonte. En 25 de Mayo por Juan Carlos Gómez estaba «El Telégrafo» que tenía su especialidad en «completos» de leche con canela o café acompañados de milhojas cubiertas de miel y jaleas de frutas. En el corazón del barrio Guruyú en la Aduana, cuando queríamos buen vino acompañado de queso y salame, no quedaba otra que ir a sentarse a los cajones de fruta que servían de improvisados bancos en el almacén y bar Las Telitas. Uno de sus más recordados dueños fue don Lito muy querido en toda la Ciudad Vieja. Muy similar era el antiguo bolichón y almacén El Hacha donde concurrían personajes populares como Dogomar Martínez y el carnavalero Loco Pamento. En el Centro, por Mercedes y Yaguarón, nación el Bar Outes, con su fraternal encargado Germancito. A sus mesas concurría cuando terminaba su trabajo de locutor en El Espectador, por los 60, el querido Zitarrosa acompañado por Juceca que también trabajaba en esa radio como libretista. Frente a la Plaza de El Entrevero, estaba La Vascongada con sus húngaras y panceta acompañadas por una gran jarra de cerveza. Ese local tenía la forma de un largo corredor que llegaba hasta la calle San José y las mesas se ubicaban pegaditas a la pared. Las bandejas de los mozos pasaban casi sobre la cabeza de los parroquianos y el postre especial de La Vascongada, era una enorme Copa Melba. A pocos metros, en la esquina de Julio Herrera, estuvo el enorme local de dos plantas del Bar Rex, pegadito al antiguo cine y teatro. Su especialidad fueron unos enorme sandwiches olímpicos y los cuadrados de miga con tomate y sardinas. En La Unión, por 8 de Octubre y Jaime Cibils, estaba el almacén y bar Los Andes, donde se hacían grandes banquetes con los jugadores de Nacional como «el artillero» Celio Taveira que hasta fue disjockey radial. Por 8 de Octubre y Larravide. En el viejo barrio Goes, por Gral. Flores y Vilardebó, estuvo el almacén y boliche de Alonso, donde los vecinos conversaban con personajes como Tito Cabano que era muy amigo del propietario. Entre comida, sabores y copetines estos fueron sólo algunos de aquellos bares y almacenes del viejo Montevideo. Con más recuerdos y música los esperamos los domingos a las 18.00 horas en CX 40 Radio Fénix. También en Internet: You Tube «Prohibido para Nostálgicos».

COORDINACION: ANGEL LUIS GRENE

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