El Faro de Cabo Polonio cumplió 125 años
El 4 de mayo se cumplieron 125 años de la construcción del Faro de Cabo Polonio. El faro emerge de las rocas en la costa rochense, 15 metros sobre el nivel del océano, con una altura de 26 metros y un alcance lumínico de 19,5 millas.
En sus inmediaciones se forman islas, islotes y salientes rocosas que aún motivan su presencia advirtiendo a los navegantes de estas latitudes. El faro es uno de los más visitados por los turistas, quienes «disfrutan de la tranquilidad de las dunas y de la naturaleza intacta» que aún conserva.
Las islas del cabo no se encuentran solas, las habitan centenares de lobos marinos, que provocan un sonido similar a un quejido humano o al viento pampero.
El naufragio del «Apolonio»
Según informa el Comando General de la Armada «para muchos autores el nombre ‘Polonio’ fue tomado de un galeón español que encalló allí en enero de 1735. Para otros, la génesis del nombre es atribuida al viaje de Juan Días de Solís en 1516, cuando se bautizó a la punta rocosa como ‘Cabo Apolonio'».
Además, a pocas millas al norte se encuentra la ensenada de Castillos, «aguas de una aparente calma, donde terminaron sus viajes muchos buques que eran sorprendidos por fuertes vientos y densas nieblas, encontrando allí en varias ocasiones el inevitable naufragio». Las tragedias continuaron hasta que a fines de la década de los ’70 Rafael Méndez -un lugareño-, propone al gobierno la construcción en el cabo rocoso de «una ayuda a la navegación». En 1880 el ingeniero Andreoni, previa aprobación de los planos por el Ministerio de Marina, da las instrucciones para la construcción de un faro, que alerte a los navegantes sobre los peligros de esta zona de la costa rochense, «guiando a los marinos hacia aguas más seguras». En los registros de la Comandancia de Marina y Capitanía General del Puerto aparece que el faro fue iluminado en marzo de 1811, y pocos días después fue inaugurado. *
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