El Sanatorio Español ya es historia

El pasado 22 de marzo se disolvió finalmente la sociedad Hospital Sanatorio Español, cuya presidencia ejercía José María García. Los integrantes de la sociedad debieron optar por ese camino, al no poder hallarse soluciones viables y aceptables para enfrentar la profunda crisis ni los reclamos de toda índole que pendían sobre la administración de dicho nosocomio privado, que supo ser en otras épocas, en el área de la salud, una entidad emblemática dentro del concierto de las instituciones españolas. Dos días después, el viernes 24, en los salones del Centro Recreativo Alma Gallega, se llevó a cabo la última asamblea general de socios del Sanatorio Español, en donde se dio cuenta de las infructuosas gestiones llevadas adelante por García, para obtener algunos fondos provenientes de la liquidación del Hospital Sanatorio, que pudiesen ser vertidos al Hogar Español de Ancianos. En dicha reunión, se hizo saber que el enorme edificio del Sanatorio Español -fundado en 1886-, ubicado en la Avenida Garibaldi 1729, y sus instalaciones, serán donados al Ministerio de Salud Pública, que por su parte ya estaría estudiando de qué manera podrá aprovechar al máximo dicho inmueble. Se formó además, una comisión liquidadora integrada por tres socios, integrantes de la Federación de Instituciones Españolas en el Uruguay, y delegados de la legación española.

 

El sanatorio como hospital público

Es oportuno recordar que, dentro del marco de la campaña por la reactivación del Hospital Español -que inclusive contó con la participación con carteles alusivos, en el corso barrial de la Avenida General Flores, realizado en febrero-, se destacan los logros alcanzados por la Comisión tripartita compuesta por la Asociación de Funcionarios del Hospital Sanatorio Español (Afhose), Coordinadora Barrial de Jubilados y Pensionistas (Cobajupen) y vecinos de la zona, que con el apoyo del Ministerio de Salud Pública lanzarán en un futuro próximo al sanatorio como un hospital público y gratuito. Desde el año 2003 funcionan servicios de laboratorio y alimentación parenteral privados, dejando de lado la infraestructura de salas, CTI, entre otros. Debido a la preocupación de los vecinos cuenta con un servicio 222 y de locatarios. *