En Rocha está el mayor índice de suicidios del país
Entre otras cosas, estos datos llaman nuevamente a la reflexión de la práctica oficial de no hablar de estos hechos como forma de evitar la conducta de imitación que determine nuevos suicidios.
En el último quinquenio relevado estadísticamente por el Ministerio de Salud Pública, se constató que la cantidad de suicidas creció en forma sostenida. En 1998 fueron 526, el número cayó a 508 en el año siguiente, en el 2000 llegó a 550, en 2001 a 586 y en mayo de 2002 se registraba el récord de 683 (la proyección anual sería de más de 1.600, una tasa de 48 por cada 100.000 habitantes).
Considerado a escala mundial, Uruguay ocupa un lugar intermedio por su tasa de suicidios, pero muy por encima de sus socios del Mercado Común del Sur (Mercosur). Argentina tiene una tasa de 5.6 por cada 100.000 habitantes, Brasil de 3.1 y Paraguay de 2.5, publicó la semana anterior la agencia brasileña Frei Tito para América Latina.
Según esta nota periodística internacional, las autoridades nunca explicaron por qué en mayo de 2002 se suspendió el relevamiento estadístico. Los expertos consultados creen que el gobierno no quiere asumir sus propias culpas, porque los suicidios están relacionados con la caída de los indicadores sociales, profundizada a partir de la asunción del presidente Jorge Batlle, en marzo de 2000.
La pobreza que al momento de asumir Jorge Batlle afectaba al 11.7% de los 3.4 millones de uruguayos, en diciembre de 2003 había alcanzado al 22.4% de la población, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). El desempleo también ha seguido una curva ascendente: pasó de 13.6% en el 2000 a 18.6% tres años después.
Al comienzo de 2002 había estallado la crisis que jaqueó al sistema financiero y provocó la quiebra de tres bancos. Una ola de suicidios conmovió al país.
Las cifras que han alcanzado los suicidios en Uruguay son superiores a los números de muertos en accidentes de tránsito y mucho más grandes a la cantidad de homicidios que se vienen registrando en momentos en que el tema de la seguridad pública es aspecto de discusión general.
Según los datos del MSP, quienes más se suicidan son los hombres (cuatro por cada mujer) y los picos se dan entre los 20 y los 25 años, entre los 40 y los 44 y entre los 60 y los 64.
El estudio reveló que el empleo de armas de fuego es común a mujeres y hombres, el ahorcamiento es una forma exclusivamente masculina, y los tóxicos y la precipitación al vacío predominan entre el sexo femenino.
¿Qué pasa en Rocha?
Según las ultimas estimaciones, las muertes por suicidio posicionan al departamento en el primer lugar del país, según comentó la socióloga Silvia Fuentes quien aclaró que «el tema de los primeros o segundos lugares es proporcional a la cantidad de población».
Hay barrios periféricos de Rocha donde a cifra de suicidios es de 40 cada 100.000 habitantes de acuerdo a la norma estadística general.
La mayoría de los casos están registrados en hombres de entre 40 y 60 años, aunque constituye la segunda causa de muerte en jóvenes rochenses de entre 15 y 19 años. Es la tercera causa en la franja de 20 y 24 y la cuarta entre 25 a 29.
¿Debemos hablar del tema?
Esa pregunta se formula desde los medios de comunicación que reciben la misma respuesta de la Jefatura de Policía, disposición del Ministerio del Interior cuando se consulta ante la existencia de un caso de suicidio. El ministerio no informa pues entiende que hay una tendencia a la imitación por parte de los potenciales suicidas que se verían estimulados al escuchar, leer o ver en los medios sobre un caso de suicidio.
Para Fuentes «esa es una pauta que ha perdido vigencia, la propia realidad social la ha hecho perder vigencia». Indica que la conducta de imitación no está presente en todas las personas con tendencia al suicidio y que en definitiva actuar no hablando del tema va en contra de la prevención pues entre otras cosas no admitimos que esta situación está ocurriendo entre nosotros. *
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